_
_
_
_

Un mal ejemplo

La Carta de la ONU es la ley que está por encima de todas las leyes nacionales. Prohíbe que un Estado o un grupo de Estados utilicen la fuerza contra otro Estado, salvo en casos de defensa propia o que cuenten con la autorización de la ONU. Los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia no han sido autorizados por la ONU (...) y pueden considerarse como acciones de agresión contra un Estado soberano. (…) La tendencia a la acción unilateral sin el respeto de las normas internacionales ha aumentado tras el final de la guerra fría y el derrumbamiento de la Unión Soviética. (...) Los países de la OTAN apoyan la Carta de la ONU y las normas de la legislación internacional. (...) En este momento, los controladores de la ley se han convertido en sus violadores, actuando como policías. Esta tentación de asumir poderes policiales basándose en la rectitud del objetivo y en la fuerza militar es peligrosa para el orden y la paz mundiales. (...) Se comprende que los países de la OTAN se sientan frustrados en sus intentos por conseguir la paz y que consideren intolerable las violaciones de los derechos humanos del régimen serbio. En nuestra sociedad global se cometen por doquier terribles atrocidades. (...) Pero si también nosotros, en nuestras respuestas, nos convertimos en violadores, al final volveremos a esa época oscura en la que el cañón de un fusil crea el derecho y la ley. Esta actitud no puede ser nuestra seña de identificación en el momento en el que estamos volviendo página para entrar en un nuevo milenio.

1 de abril

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_