El Pamesa se curte en Grecia

El Pamesa Valencia salió curtido de Salónica. En un partido muy igualado, que mantuvo la incertidumbre casi hasta el final, el conjunto valenciano firmó su acceso a la final de la Copa Saporta, que disputará ante el Benetton de Treviso el próximo 13 de abril en Zaragoza. El Pamesa manejó con acierto la ventaja de seis puntos obtenida en el partido de ida. No sólo eso, sino que se impuso al Aris en su temida cancha (50-58)En una primera parte sin dueño, repleta de errores y alternativas, el Pamesa Valencia tuvo la entereza necesaria para salir airoso. A ello contribuyó el desconcierto del Aris, que tardó en entrar en el partido. El Pamesa llegó a disfrutar de una ventaja de ocho puntos (3-11) ante la estupefacción de la grada, atónita ante las escasas prestaciones de su equipo.

Mientras el Aris optaba por ataques frenéticos, el Pamesa prefería ralentizar el encuentro. El grupo de Vukovic se encontraba cómodo entre la indolencia del Aris y la trifulca que se armó en la grada, donde los aficionados griegos se enzarzaron entre ellos.

Al Pamesa, sin embargo, le faltó aplomo para sentenciar la eliminatoria. Y lo pagó caro. El conjunto valenciano desperdició tantas ocasiones que el Aris despertó, empató a 11 y entró de lleno en el encuentro. El partido estaba desbocado: el Pamesa encadenaba errores infantiles, mientras el Aris renunciaba -o no podía- al juego interior. La aportación de Liadellis fue, en este sentido, providencial. Liadellis mantuvo vivo al Aris con los 17 puntos -la primera parte finalizó 28-26- que logró en los primeros 20 minutos.

El Pamesa fue perdiendo gas y presencia en el encuentro a medida que se acercaba el descanso. Pese a remontar el vuelo en varias ocasiones -dispuso de ventajas considerables (11-16 o 13-18)- el Pamesa se desinfló incomprensiblemente. Rodilla no estuvo fino; Luengo no entró en juego; Álvarez fallaba un triple tras otro. Sin alardes, el Aris ganó confianza, siempre comandado por Liadellis -qué daño hizo ya en el encuentro de ida-.

En la reanudación, no cambió el sesgo del partido, aunque sí ganó en emoción. El encuentro estuvo igualadísimo. A falta de seis minutos, la eliminatoria estaba igualada (43-37). En este punto irrumpió Álvarez, que se resarció de todos los triples fallados en la primera parte. El alero del Pamesa marcó tres triples consecutivos que aumentaron la incertidumbre de la eliminatoria.

En el Aris, Liadellis iba a lo suyo: con 47-44 a favor del equipo griego había anotado 25 puntos; fue el único jugador que mantuvo la compostura en el equipo griego, que se dedicó a lanzar triples sin sentido.