Expertos reunidos en Benissa dicen que la desorientación artística se debe a la proximidad del final de siglo
La desorientación del arte, en todas sus expresiones, está probablemente relacionada con el final de un ciclo, con el fin del milenio. Al menos ésta es una de las hipótesis que barajan los profesores universitarios que durante el fin de semana pasado participaron en las jornadas Cultura, història i literatura en l"Europa finisecular (1880-1929), organizado en Benissa por la Universidad de Alicante. En la mesa redonda en la que los profesores Alan Yates, de la universidad de Sheffield, Jordi Castellanos, de la Autónoma de Barcelona; Margarida Casacuberta, de Girona, carlos Batlle, del Institut de Teatre de Barcelona, y Enric Balaguer, de Alicante, intentaron establecer relaciones entre el final del siglo XIX y el momento actual. La diversificación de las corrientes artísticas y su desorientación "tanto en el teatro como en otras manifestaciones", obedece a que estamos llegando al final de un ciclo. El resto de participantes compartieron la tesis, al afirmar que en estos momentos no se puede fijar con exactitud corrientes artísticas determinadas. También se destacó el papel de los medios de comunicación, al extenderse la creencia de que "es cultura aquello que interesa a los medios", señaló Balaguer. "La sensación de crisis o cambio de valores es mayor ahora que hace un siglo debido a la cantidad de información que debemos procesar cada día", apuntó el profesor Carles Cortés. Tanto en el final del siglo pasado como ahora, los intelectuales españoles, y en especial los catalanes, tenían puesta su mirada en Europa. El modernisme y el noucentisme son prueba de ello. Sin embargo, Castellanos advirtió que en el XIX "los intelectuales eran parte fundamental de las transformaciones, y ahora han sido sustituidos por los comunicadores sociales".
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