Poca ayuda en tierra

"Cuando llegamos a Barajas, nadie se ocupó de atender y cuidar a mi esposa, que es ciega, a pesar de que lo dijimos cuando salimos de Francfort". Así se quejaba Rafael Herrera Díaz ayer en Barajas, quien se quejó en el departamento de tránsito de Iberia por la falta de atención. "Parece mentira que en Alemania nos traten con suma amabilidad, aunque somos extranjeros, y aquí, en Barajas, en mi propio país, nadie salga a ayudar a mi mujer. Siempre me llevo una mala impresión en estos casos", se quejó Rafael Herrera.Una pasajera en silla de ruedas y con destino a Túnez estuvo en una situación parecida. Esperó durante más de media hora hasta que una auxiliar de tierra pudo acompañarla a pasar la aduana. El alto número de viajeros que pasó ayer por Barajas (unos 90.000) hizo que el personal estuviera desbordado, en especial durante la tarde. "Sólo faltaba ahora que, encima que he llegado con tiempo, pierda el avión porque no venga alguien a ayudarme", protestaba la mujer impedida. Sus familiares se acercaron cuatro veces al mostrador de Iberia para solicitar la presencia del acompañante.

Por otra parte, en momentos de fuerte tránsito el servicio teléfonico de Barajas tampoco ofrece gran ayuda, informa Efe que cita fuentes del sindicato USO.

Según esa versión, una sola persona atiende durante las 12 horas del turno de día alrededor de 700 llamadas internas y externas que se reciben en la centralita del aeropuerto (91 393 60 00), lo que hace que el servicio se sature en los días de mayor actividad.