Los dos hermanos de Málaga fueron acribillados en un ajuste de cuentas

A medida que pasan las horas se van despejando incógnitas sobre los dos hermanos asesinados en Málaga durante la madrugada del Domingo de Ramos. El móvil del crimen fue un ajuste de cuentas entre dos bandas rivales. Así lo aseguró ayer el subdelegado del Gobierno en la provincia, Carlos Rubio.La policía cuenta ahora con elementos suficientes como para que el caso quede resuelto en pocos días. Los cuerpos de los hermanos Miguel Ángel R.V., de 31 años, y José Antonio R.V., de 21, aparecieron acribillados dentro del coche del primero en un callejón sin salida del barrio de Pedregalejo. El hecho de que no llevasen encima documentación alguna dificultó la identificación del hermano menor, que además tenía la cabeza desfigurada por un balazo.

Encajan las piezas

Sin embargo, las piezas del rompecabezas han ido encajando poco a poco. Los hermanos, cuyos apellidos no han sido facilitados aún, vivían en la barriada de El Palo, cercana al lugar donde se hallaron los cuerpos. Practicaban el culturismo y trabajaban como vigilantes en discotecas y bares de copas de la ciudad. Ninguno de los dos tenía antecedentes penales, aunque eran "conocidos de la policía", según Rubio.Lo que aún no se ha podido reconstruir es la secuencia del asesinato. Algunos vecinos aseguran que escucharon una persecución, y hubo quien dijo haber oído el rugido de una motocicleta de gran cilindrada. La policía no ha querido confirmar este extremo. Pero el caso es que en las proximidades del lugar donde se encontraron los cadáveres sonaron sólo seis tiros, y la Policía Científica ha determinado que el coche presenta 12 impactos de bala. Queda por averiguar dónde sonaron los primeros disparos. Los cuerpos no han recibido sepultura todavía. Ayer, 300 personas concurrieron al funeral celebrado en el cementerio de Málaga, informa . Las pruebas obtenidas en la autopsia se han mandado a la sede del Instituto Nacional de Toxicología en Sevilla para saber si hay restos de estupefacientes.