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Los graves incidentes en el Festival de Ska de Balaguer hacen peligrar su continuidad

El Ayuntamiento de Balaguer (Noguera), gobernado por el socialista Miquel Aguilà, se está planteando en estos momentos la posibilidad de no autorizar nuevas ediciones del Festival Internacional de Música Ska a causa de los graves altercados que se produjeron la noche del domingo pasado, cuando dos grupos de cabezas rapadas se enfrentaron a palos y ocasionaron numerosos destrozos en diversos puntos de la ciudad. Cerca de 4.000 personas, la mayoría de ellos jóvenes, asistieron este año al acontecimiento musical a lo largo del pasado fin de semana en la capital de la Noguera. A la vista de los lamentables incidentes ocurridos el tercer y último día del festival, los organizadores han manifestado que también podrían acordar no volverlo a organizar en esta población leridana, ya que según sus informaciones los actos violentos fueron provocados por jóvenes de la localidad y no tuvieron nada que ver con el desarrollo de los conciertos. Nadie sabe cómo se iniciaron unos incidentes que provocaron el pánico entre los ciudadanos de Balaguer. La Policía Local de la ciudad es de la opinión que los enfrentamientos entre dos grupos de unos 60 skins heads (cabezas rapadas) comenzaron en una sala de juegos mientras en el pabellón de la Cros se desarrollaba el concierto previsto con total normalidad. Posteriormente, uno de los grupos se dirigió a la zona de acampada, ubicada en el parque de la Transegre, y como represalia por hechos desconocidos causó destrozos con sus navajas en las tiendas de campaña en las que se alojaban muchos de los asistentes al festival. Esta acción tuvo una respuesta inmediata cuando los integrantes del otro grupo fueron en busca del primero armados con palos, barras de hierro y otras herramientas contundentes que cogieron de un solar en construcción. Los dos grupos iniciaron una persecución por las calles de la ciudad y, a su paso, ocasionaron importantes destrozos en el mobiliario urbano, en vehículos estacionados y en los escaparates de algunas tiendas. La policía no llegó a detener a ningún cabeza rapada, aunque algunos de los participantes en la reyerta tuvieron que ser atendidos en centros médicos de heridas y contusiones.

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