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Gerardo Roger asesora al Ayuntamiento de Castellón en el PGOU y trabaja para Batalla. Un profesional con "sintonías"

La empresa del ex director general de Urbanismo, Gerardo Roger, ha realizado durante el último año los proyectos más importantes para las localidades de Castellón y Benicàssim. El Ayuntamiento de la capital de La Plana eligió, a finales de 1997, a la empresa PAU, de la que Roger es administrador solidario, para la redacción del documento de concertación para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad. Posteriormente, la firma pasó a constituir el equipo asesor del plan, cargo que todavía no se ha extinguido.

El pasado año, Proyecto de Actuaciones Urbanas, SL (PAU, SL) recibía otro gran encargo: la redaccción del plan de homologación del proyecto de Benicàssim Golf, SA, para urbanizar más de dos millones de metros cuadrados en los límites entre Castellón y Benicàssim. El representante de la mercantil que acudió al ayuntamiento benicense a entregar la alternativa técnica del programa de actuación integrada, denominada Benicàssim Golf, SA, en julio de 1998, fue uno de los apoderados de una de las empresas constructoras de las que Luis Batalla es administrador único. Así, PAU, SL, con Gerardo Roger como uno de los firmantes en ambos casos, se ha visto trabajando al mismo tiempo para el Ayuntamiento de Castellón -en la revisión de las normas que marcarán el urbanismo del próximo siglo- y una mercantil vinculada a la mayor empresa constructora de la capital de La Plana que, en este caso, proyectaba una obra en Benicàssim, presupuestada en 4.900 millones de pesetas. Ambas labores confluyen en un espacio, el de la marjalería, que afecta a ambos términos. El consistorio ha optado por demorar la solución a la polémica marjal y el aplazamiento de su ordenación para un plan especial posterior. Sin embargo, ya se ha apuntado la utilización de una nueva figura: la calificación de suelo urbanizable de residencia rural, que reconvierte una zona calificada hasta ahora como rústica. Mientras, el proyecto de Benicàssim Golf recibía un dictamen jurídico que señalaba la "ilegalidad" de urbanizar en este espacio por su consideración como humedal, espacio que requiere una especial protección. Así, la calificación que se le dé a la marjalería en el término de Castellón habría de ser trasladable a Benicàssim, ya que existen informes técnicos que señalan este espacio como una única unidad o continuidad. Cuando PAU, SL, redactó el documento de concertación, en noviembre de 1997, Gerardo Roger no figuraba todavía como integrante de los órganos sociales de la empresa. Uno de los motivos que llevó al ayuntamiento a la toma de esta elección era el perfecto conocimiento de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística, de la que Roger fue redactor. Así, el consistorio lograba que el documento que habría de revisar la consejería de Obras Públicas estuviera en total sintonía con la ley. En enero de 1998, Roger fue nombrado administrador solidario de PAU, SL, que amplió su objeto social. Mientras que hasta el momento, según el registro mercantil, su objetivo era la "totalidad de actividades concernientes al tratamiento, ordenación y transformación urbanística territorial del suelo en toda su amplitud", con la entrada de Roger éste se amplió a "la planificación del suelo, gestión urbanística del suelo, proyectos de construcción y asesoramiento". Fue este último concepto el que centró la segunda misión que el Ayuntamiento de Castellón encargó a PAU, SL, trabajo que todavía no ha culminado ya que tampoco lo ha hecho el del proceso de aprobación del nuevo PGOU, del que aún se están contestando a las alegaciones. La asesoría que proporcionó Roger al consistorio castellonense también tenía como encargo la realización de las fichas de gestión de las distintas unidades urbanísticas, con la elaboración de un estudio pormenorizado de cada una de las unidades de ejecución para descifrar su viabilidad económica. La tarea de PAU, SL, respecto al proyecto de Benicàssim ha sido más particular. Técnicamente, la empresa ha elaborado el proyecto de homologación, es decir, la variación de las calificaciones de cada una de las áreas afectadas por la urbanización del proyecto. Además del proyecto de Benicàssim Golf se han presentado otras dos propuestas que persiguen el mismo fin, el de la urbanización de esta zona de Benicàssim, una de las pocas que quedan por edificar. El pasado viernes, los técnicos municipales del Ayuntamiento de Benicàssim finalizaron sus informes sobre las propuestas presentadas. Pese a que en ellos no determinan tajantemente la conveniencia de una oferta ante las otras, la corporación habrá de votar en esta legislatura la propuesta a implantar.Los grupos en la oposición en el Ayuntamiento de Castellón coincidieron en destacar la "extraña sintonía" entre Gerardo Roger, que ejerció de director general de Urbanismo y Vivienda con el socialista Eugenio Burriel al frente de la Consejería de Obras Públicas, y el Partido Popular. El portavoz del grupo municipal socialista, Juan Callao, recordó ayer su reiterada crítica a la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU), obra de Roger, y a la figura del agente urbanizador como "arma de doble filo". "Yo critiqué la ley entonces y la sigo criticando, porque en manos de los socialista hubiera servido para frenar la especulación y en manos de la derecha sirve para otras cosas", señaló. En cuanto a la simultaneidad del trabajo de Roger al frente del equipo asesor del PGOU de Castellón y como autor de un proyecto de Batalla para Benicàssim, Callao apuntó a que "es un profesional libre que actualmente flirtea con la derecha y me reservo mi opinión sobre él". La concejal de Esquerra Unida, Amelia Ferreres, fue mucho más tajante al indicar sobre la compatibilidad de trabajos que "es una cuestión de ética". Ferreres mencionó la "connivencia" del ex director general con el PP y manifestó que "el hecho de que Roger esté contratado por el Ayuntamiento de Castellón y a la vez realice proyectos para Batalla cuestiona la independencia de los intereses generales respecto de los económicos de una empresa". El edil del Bloc Nacionalista Valencià, Antoni Porcar, recriminó a Roger la "honestidad y coherencia que uno ha de tener durante y después de ocupar un cargo público". Le acusó de "no saber discernir" y de promover un PGOU "retrógrado" cuando "esperábemos algo más progresista". Porcar quiso señalar, además, que "a Batalla comenzó a darle obras el PSOE".

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