Salvem-ho tot
Un tríptico de autoría plural y titulado Guía turística de l"especulador valencià o València es crema, distribuido estos días, reproduce el plano urbanístico de la ciudad emulando los gráficos de Serbia atacada por los bombarderos de la OTAN, que ahora se divulgan. Hay fuegos destructivos por doquier. El tercer cinturón de ronda que ahoga la huerta norte, las Llometes de Massarrojos, Les Pedreres de Godella, el Botánico y la triste torre que se proyecta, el Cabanyal-Canyamelar por su mitad partido debido a la prolongación (¿necesaria?) de la avenida de Blasco Ibáñez, El Carme, Russafa, La Punta y etcétera. Todo un catálogo de agresiones, que probablemente no compartimos en su totalidad, pero que en su conjunto revelan el despego e irreverencia con que se planea el futuro urbanístico de Valencia. ¿No merecería la pena abrir un debate público sobre aquello que es o no salvable? Los ecologistas tienen sus razones, pero no toda la razón, ni siempre. Hablemos.
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