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Detenciones a la americana

Pilar y María han perdido el miedo a enfrentarse a delincuentes corpulentos, agresivos o excitados por el alcohol. Cuando vuelvan a encontrarse ante una situación similar estas dos policías locales de Sagunto desempolvarán las lecciones de su maestro norteamericano: con cuatro movimientos rápidos le retorcerán un brazo, lo arrojarán al suelo y le hincarán una rodilla en el omoplato mientras lo engrilletan. "No requiere fuerza, basta con tener muy ensayada la técnica, todos tienen su punto flaco", dice Pilar, reinventando la historia de David y Goliat. Medio centenar de policías locales, nacionales, guardias civiles y vigilantes jurado de la Comunidad Valenciana y otras autonomías cercanas participan desde ayer en el polideportivo de Sagunto en el I Curso Internacional de Defensa Personal Policial organizado por el Ayuntamiento y el Sindicato Profesional de Policía Local. Todos han acudido para aprender a desarmar e inmovilizar a un malhechor de forma efectiva y, sobre todo, sin causarle lesiones para que no les denuncien por malos tratos. De hecho el alcalde, Silvestre Borrás, asegura que ése es el motivo que le ha convencido para financiar el curso: "a los policías los denuncian por menos de nada, nuestros agentes tienen que comparecer a menudo ante los juzgados", atestigua. Para remediar esa situación no ha reparado en medios y ha contratado al norteamericano Joe Hess, "uno de los mayores expertos mundiales en defensa policial", para que aleccione a sus agentes. Su currículo da fe de ello: campeón del mundo de kárate en 1975 y de kick-boxing entre 1975 y 1977, prestó protección al Papa Juan Pablo II, al actor Robert Mitchum, al cantante Niel Diamond y al ex beatle Ringo Starr. "Ringo se divertía intentando despistarme a toda velocidad por las calles", recuerda este hombre, gran maestro cinturón rojo décimo Dan del estilo Goju americano y jefe de entrenamiento de la Academia de Policía de un condado de Florida. En sus buenos tiempos le ofrecieron cinco millones de dólares por enfrentarse al célebre boxeador Muhammad Alí. Pero el combate nunca se celebró. El astro del boxeo se sintió en inferioridad ante el zafarrancho combinado de patadas y puñetazos de Hess. Durante las lecciones prácticas el fortachón americano hacía ayer que sus alumnos parecieran muñecos de trapo que zarandeaba y retorcía mientras explicaba las técnicas en un inglés muy pausado traducido por su compañero, el canario Felipe Callero. "Un agente sin nociones de defensa personal puede acabar rompiéndole la crisma al delincuente si se resiste demasiado", aseguró Callero. Víctor Manuel, un guardia civil de Albacete, se lamenta de que los cuerpos de seguridad no incluyan estas técnicas en su formación. Con este cursillo se siente capaz de inmovilizar a un camorrista con discreción y sacarlo de una discoteca antes de que se arme una bronca. En las prácticas, los pupilos tenían que dar palmas con la mano que les quedaba libre si el dolor que les causaba Hess con sus llaves se volvía insoportable. Por momentos aquello parecía una clase de sevillanas.

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