Cacerolada en Sant Martí para pedir la cobertura de la Gran Via
Las cacerolas hablaron ayer en Sant Martí. La plataforma cívica que exige la cobertura de la Gran Via organizó una ruidosa protesta contra el otro ruido que están hartos de soportar: el de la autopista A-19. El objetivo que se marcaron los vecinos era lograr que la cacerolada y los silbatos se oyeran desde la plaza de Sant Jaume. Simultáneamente, los comerciantes de la zona cerraron sus tiendas durante un cuarto de hora. Las entidades no se cansan de reclamar a las organizaciones que se pongan de acuerdo para tapar esta vía rápida entre las calles de Bilbao y Extremadura. Las entidades de Sant Martí llevan varios meses cortando el tráfico de los laterales de la autopista todos los lunes. La falta de resultados les induce a radicalizar las acciones pasando de uno a dos cortes de tráfico semanales anunciados para las próximas semanas, y advierten que piensan aumentar la frecuencia conforme se acerquen las elecciones y trasladarlos a la calzada central. Lo que han conseguido hasta ahora los vecinos es que la Generalitat esté ultimando el anteproyecto de la obra y que el candidato de Convergència i Unió a la alcaldía de Barcelona, Joaquim Molins, se comprometiera a cubrir la Gran Via si gana las elecciones. Sin embargo, el líder de la plataforma vecinal, Manuel Martínez, considera que todo ello es insuficiente para desconvocar las movilizaciones. La semana pasada, los vecinos se entrevistaron por vez primera con el alcalde, el socialista Joan Clos, y no lograron arrancarle la declaración institucional favorable al proyecto. Clos condicionó su apoyo a que las restantes administraciones asuman la parte de la financiación que corresponda. Tampoco satisfizo a los vecinos la moción que los socialistas llevaron la semana pasada al Parlament pidiendo que el Gobierno catalán asumiera el anteproyecto, lo que ya había hecho en diciembre. La misma unanimidad que permitió aprobar dicha moción la hubieran querido los vecinos para la otra propuesta avalada por Esquerra Republicana, en la que se pedía a cada grupo que se comprometiera a financiar las obras. La moción de los republicanos sólo tuvo sus propios votos.
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