"El andaluz y el bereber tienen fonética similar"
F. PÉREZ MONGUIÓ, Cádiz Trabaja en la Universidad de Cádiz y es el único profesor de España que imparte bereber, una lengua con 20 millones de hablantes en el norte de África aunque con dificultades de supervivencia. A pesar de esta singularidad, Mohand Tilmatine (Cabilia-Argelia, 42 años) no se siente sólo -tiene unos 15 alumnos- y agradece la apuesta de la Universidad gaditana con perseverancia y entusiasmo. Pregunta. ¿Qué atrae de este idioma a los estudiantes? Respuesta. Suena exótica en sí misma. Está arraigada a una cultura que desde Europa es vista como desconocida pero de la que nos atraen ciertos matices. P. ¿Se siente en una isla perdida en medio del océano? R. Un poquito, pero no me desilusiona pues es estupendo tener todo un edificio que construir. Aunque es difícil hacerlo solo, no puedes dialogar, intercambiar impresiones. Por eso estoy muy agradecido a la Universidad de Cádiz a la Junta por la decisión valiente e innovadora de introducir el bereber, rompiendo así el conservadurismo absurdo de los distintos departamentos de estudios árabes de toda Europa. P. La celebración del Coloquio Internacional sobre bereber celebrado en Cádiz a principios de mes, ¿supone un espaldarazo a su labor? R. Ha sido fundamental para que la gente comience a hablar y para trazar un triple objetivo: reflexionar sobre los métodos pedagógicos del bereber, la creación de material didáctico para la Universidad, que no existía, y superar la paradoja de que en Marruecos no se imparta esta enseñanza. P. ¿Aprueba usted que las lenguas sean caballo de batalla política? R. No debe utilizarse como instrumento manipulador con intereses u objetivos políticos. Otra cosa es que se reconozca el hecho diferencial lingüístico como ocurre con el vasco o el catalán. No es lo mismo con el bereber. P. ¿Se le puede buscar alguna similitud al andaluz y al bereber? R. El parecido fonético es estupendo. La pronunciación de ciertas consonantes es casi idéntica como el caso de la ll y la sustitución de la l por la r como en viva er Beti. Con el bereber es lo mismo, lo que me facilita acercar la enseñanza aquí más que cuando estuve en Berlín.
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