El alcalde ataca de nuevo
El hombre al que los madrilenos hemos permitido ocupar el sillón de alcalde ha decidido prohibir la venta de revistas porno en kioskos, y retrotaernos a los tiempos de Franco que, sin duda, añora. No puedo comprender el motivo de semajante agresión a la moral natural. Salvo que se trate de una accion coordinada con el Ministerio de Educación y destinada a estimular la imaginacion de los jóvenes. ¿Qué daño hacen esos cuerpos indefensos que alegran la vista de tantos paseantes? A muchos madrileños no nos gusta la cara del alcalde y por ello no se nos ocurre exigir que lleve pasamontañas en los actos publicos. Señor alcalde, ¿qué le han hecho los niños y adolescentes, que son sin duda el grueso de los compradores de revistas porno, para que usted quiera inflingirles tamaño castigo? ¿Por qué no se preocupa de la auténtica pornografía y mal gusto callejeros como su monumento a La Violetera o las cabras on the rocks que son la vergüenza de Arturo Soria, y deja a la ciudadania en paz?-
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