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Arzalluz asegura que el tiempo de pactar con el Gobierno de Madrid se ha terminado

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, aprovechó ayer la inauguración de un batzoki (bar sede peneuvista) en Bermeo (Vizcaya) para anunciar que los tiempos han cambiado y que su partido no volverá a pactar con el Gobierno de Madrid. Arzalluz acusó a José María Aznar de practicar la "política del adoquín", del inmovilismo, y de tener miedo a la consolidación del proceso de paz. Asimismo, justificó su acercamiento a Herri Batasuna (HB) asegurando que también se pactó en el pasado con Ejecutivos de la UCD y del PSOE cuando actuaban el Batallón Vasco Español, Tejero o los GAL. "Hemos ido con vosotros con gran zozobra. Sabíamos lo que pasaba, pero no quién lo hacía. Hoy sí lo sabemos", afirmó.

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"Estamos llegando a tiempos diferentes. Ya no volverá lo de antes, que estemos gobernando con unos y con otros. Ya no volverá lo de antes. Ya no hay ninguna perspectiva en lo de antes, estar negociando siempre con Madrid un apoyo para que den una transferencia. Eso se acabó", enfatizó ayer Xabier Arzalluz al final de un discurso en el que se esforzó en defender los acuerdos del PNV con HB y en descalificar a los partidos no nacionalistas.El presidente del PNV se expresó, pletórico, delante del nuevo batzoki de Bermeo, donde minutos antes, acompañado por una militante, había presenciado la bendición del local por un sacerdote e izado la ikurriña. Todo un ritual de domingo que terminó con el Gora ta gora, el himno vasco.

El dirigente nacionalista, que aseguró que no desea colgarse medallas sobre el resultado del proceso de paz, no quiso desaprovechar la ocasión para vaticinar el futuro de una Euskadi sin terrorismo. Además de afirmar que a los partidos no nacionalistas, "a Madrid", les da miedo que, sin terrorismo, los nacionalistas estén unidos, dijo que harían todo lo posible para evitar el debate político real que se les avecina. "Cuando termine el conflicto, se verá la campaña sucia a costa de nuestra independencia. Meterán la economía y cualquier otra cosa. Pero no tengáis miedo al futuro", espetó a cientos de personas entregadas.

Jueces "benévolos"

En línea con la idea de pueblo vasco perseguido, Arzalluz recordó que, tras el proceso de paz, en el que se tendrán que debatir cuestiones políticas, no se podrá enviar a Euskadi las tropas, ya que, según él, "se vive en una Europa en la que se ve todo". Aun así, alertó a los presentes de que existe el peligro de que jueces "benévolos", como los que detuvieron a los dirigentes de HB por el caso del vídeo de ETA, puedan llevar a la cárcel a la ejecutiva del PNV, como ya sucedió en el pasado, una situación que, aseguró, no le asusta.

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El líder peneuvista reivindicó el Pacto de Lizarra (Estella), del que dijo que no es otra cosa que el desarrollo de los acuerdos de Ajuria Enea y del plan de paz del anterior lehendakari, José Antonio Ardanza. "Si el PP y el PSOE presentaran una alternativa, la discutiríamos. Pero, simplemente, despotrican", apuntó poco antes de asegurar que "a Madrid" no le interesa que salgan las cosas desde Euskadi y con la voluntad de los que viven en Euskadi. "Quieren tener la última palabra. En cuanto tuvimos la ocasión nos agarramos a la paz porque el fin de la violencia era prioritario. Creíamos que también lo era para otros. Y resulta que no. Para ellos lo prioritario son las elecciones. Haciendo votos hasta de los muertos si les venían bien", indicó. El fin de la "kale borroka"

Arzalluz, que afirmó que la kale borroka (violencia callejera) terminará muy pronto, aseguró que llega la hora de la política y que el Gabinete de José María Aznar, al que tildó de inmovilista, se encontrará con la autodeterminación encima de la mesa. "Van a tener que tratar de esto, porque ahí está el fondo de la cuestión de eso que llamamos el problema vasco y que ellos niegan. A ellos les gustaría que ETA fuera la banda del Tempranillo, que no ha tenido ninguna motivación política", recalcó.

El dirigente del PNV dijo también que Euskadi vive sometida a "un cordón sanitario" por el que no se permite que nadie conozca la realidad de lo que pasa. Sin embargo, se vio fuerte y sentenció: "Discutiremos democráticamente y veremos quién gana. Este pueblo hablará y será lo que quiera ser". Al final, Arzalluz gritó dos veces "gora Euskadi askatuta" ("viva Euskadi libre") y volvió a cantar el himno vasco.

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