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Una exposición dedicada a las sillas del siglo XX muestra el objeto industrial "más cercano"

Un centenar de asientos, desde la primera silla fabricada en serie hasta los modelos recién lanzados al mercado, han sido reunidos en la exposición Cien sillas, cien años, que recorre el diseño industrial del siglo XX. "Es el prototipo de pieza que muestra el diseño industrial. Se usa en público y en privado. Es el mueble central, el más importante, el que está más cerca del cuerpo". dice la comisaria de la exposición, Antonia Simón. Las sillas han sido seleccionadas entre los 3.000 objetos de los fondos del Museo Vitra, un centro alemán especializado en diseño.

El Centro de Diseño DZ, dependiente de la Diputación de Vizcaya, presenta desde ayer en la sala Rekalde de Bilbao Cien sillas, cien años, una exposición que reune por vez primera una selección de los asientos pertenecientes a los fondos del Museo Vitra. Tras su presencia en Bilbao, donde será claususará el 18 de abril, la muestra viajará a diversos países de Latinoamérica. ¿Por qué sillas y no cualquier otro objeto de fabricación en serie? Los promotores de la muestra del DZ argumentan que la silla mantiene una relación estrecha con el usuario y muestra a simple vista el significado del diseño y su papel en el proceso de producción industrial. Y aún apuran más: "las sillas son una buena fuente de información sobre las condiciones sociales, culturales y económicas de cada época; refleja más que cualquier otro mueble el espíritu de su tiempo y la esencia de cada estilo decorativo". Arquitectos y diseñadores Pero la relevancia de las exposición crece por los nombres que firman los diseños. Los más importantes arquitectos del siglo y los diseñadores más premiados han dedicado atención a las sillas. Entre los autores del centenar de piezas desfilan Adolf Loos, Ludwig Mies van der Rohe, Charles Eames, Frank O. Gehry, Philippe Starck, Jorge Pensi y Javier Mariscal. Si la silla es ideal para mostrar las exigencias de un objeto de fabricación industrial, resultaba obligado abrir el recorrido de la exposición por la primera que fue fabricada en serie por el artesano Michel Tonet. A mediados del siglo XIX Tonet curvó varas de madera para eliminar piezas y eligió un asiento circular de rejilla. Su trabajo de diseño logró crear una silla con seis piezas unidas por sólo 10 tornillos. La silla de Thonet - más económica, más ligera y elegante- se sigue fabricando y las cifras de ventas superan los 70 millones de unidades. Este prodigio de la innovación abre paso en la exposición a las sillas creadas por los arquitectos vieneses en las dos primeras décadas del siglo, cuando ni siquiera estaba reconocido el oficio de diseñador de objetos para la fabricación en serie. Simón, miembro del equipo del Museo Vitra, destaca su interés en demostrar que la silla ha evolucionado "desde un objeto funcional a algo artístico" pero siempre en el ámbito de la producción industrial. Sólo una de las piezas, un taburete metálico de Philippe Starck, quedó en prototipo y requirió algunos cambios antes de fabricarlos. Y también se incluyen los ejemplos ilustrativos del cambio de materiales, desde la la famosísima Wassily, la primera silla de tubo de acero, a la que inauguró la fabricación con plástico o fibra de vidrio. Entre ellas aparecen otras recubiertas de cuero desenfundable o las inconfundibles piezas de cartón creadas por el arquitecto Frank O. Gehry. La muestra presenta entre las piezas de fabricación más reciente la silla Eva, diseñada por el navarro Miguel Ángel Ciganda para la empresa vizcaína Biplax. El modelo, que empezó a producirse en 1996, emplea madera de haya y varilla de acero. El Museo Vitra fue inaugurado en 1989 en Weil am Rhein, una localidad alemana cercana a las fronteras con Suiza y Francia. El edificio, que alberga cerca de 3.000 piezas, es obra de Frank O. Gehry, el arquitecto del Museo Guggenheim de Bilbao.

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