_
_
_
_
_

El verano de Montesinos

Vestidos blancos con encajes para ellas y faldas-pantalón transparentes para ellos. Así arrancó el desfile de moda de Francis Montesinos, que ayer presentó en Valencia su colección Primavera-Verano con la musa del diseñador valenciano Paola Dominguín como estrella. La modelo clausuró el desfile con un impresionante vestido de novia de color hueso, "una joyaza de seda bordada, con 60 metros de tela en la cola", en palabras del propio diseñador. Dominguín lució previamente tres nuevos diseños del modista valenciano -"todo un clásico pese a su modernidad"-, que este año incorpora tejidos nuevos y colores crudos, sin renunciar a los volantes, las transparencias y el punto. "Esta colección es un homenaje a Cibeles, a Madrid y al deporte", señaló el diseñador, que bromeó con la posibilidad de que algún club de fútbol se interese por alguno de sus diseños de punto en tonos lilas y merengue. Los nudos de macramé y los flecos, los chales y los trajes de cóctel transparentes son algunos de los elementos clave de esta colección, que Paola Dominguín califica de "reconocible". La modelo abrió el desfile con un vestido blanco con encajes, para desfilar después con dos trajes de chaqueta, "abandonados en otras colecciones", y muy ponibles: El primero de ellos de un tono azul pastel, con top debajo y el ombigo al aire, y el segundo en negro riguroso con algún detalle plateado en cuello y solapas. El diseñador destacó los "sutiles" volantes incorporados en los hombros, el pecho y las mangas de algunos de sus vestidos de fiesta, sin olvidar los ceñidos diseños de punto con grandes aberturas en los muslos, quizá los más aplaudidos entre los fieles de Montesinos que ayer asistieron al desfile. Esta primavera, el diseñador propone camisas grises de flores para los hombres, a los que viste con pantalones por debajo de la rodilla y polos muy ceñidos. Los trajes de chaqueta de cuadros y las telas brillantes de colores vivos son otras de sus propuestas. Para ellas -casi siempre con chal al hombro-, vestidos negros de punto calados sobre telas de tonos mostaza, largas túnicas transparentes y faldas largas con ancha goma en la cintura y con la firma del autor grabada en rojo carmesí. Además de los pañuelos en la cabeza y las mantillas de flecos, Montesinos incluye pantalones anudados a la cintura con una lazada, y bermudas tanto para hombre como para mujer. Camisetas de punto con la espalda al aire, vestidos de flores sin mangas, trajes de chaqueta al más puro estilo gangster y el marrón entre los tonos más destacados: combinado con naranjas y mostazas para ellas y en infinidad de diseños de cuadros para ellos. La incorporación de tonos crudos no está reñida con el fucsia, los azules eléctricos y los anaranjados, que predominan en casi todos los vestidos de noche. Algunos de ellos no muy apropiados para el campo, donde vive actualmente la delgadísima Paola Dominguín, que afirma sentirse muy cómoda con los nuevos trajes de chaqueta del diseñador: "Montesinos es mi debilidad, me siento a gusto con su ropa", dijo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_