Un rosario de conflictos
Los problemas de la Diputación con la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior alcanzaron su punto más caliente en octubre de 1997, cuando José Luis Bilbao arremetió contra el magistrado Juan Luis Ibarra, al sugerir que se guiaba por motivaciones políticos en las resoluciones contrarias a la Diputación. Bilbao se refería a la decisión del tribunal de plantear una cuestión de constitucionalidad sobre las aportaciones de las Administraciones a los fondos de pensiones Elkarkidetza. Las críticas motivaron la petición de amparo al Tribunal Superior vasco de los cinco magistrados de la Sección Tercera de lo Contencioso. La polémica se encendió más tras otra sentencia en contra de la relación de puestos de trabajo de la Diputación, lo que propició que la institución foral presentara una queja ante el Consejo General del Poder Judicial. Al final, esta demanda no fue atendida ni los magistrados recibieron el amparo judicial. Los problemas volvieron a suscitarse a finales del pasado año, cuando el tribunal ordenó que se ejecutara la anulación de la oferta de empleo de 1993, que puede afectar a 82 trabajadores interinos. Bilbao dijo que la Justicia obligaba a aplicar "leyes que no existen" y censuraba que no se admitiera un marco propio de relaciones laborales en la Diputación. Entonces estaba pendiente otra resolución sobre la polémica contratación por tiempo indefinido de 143 personas en 1981, que fue anulada por sentencias del Tribunal Superior vasco y el Supremo. El caso no fue a más al retirarse la demanda planteada por varios funcionarios. Ahora, el enfrentamiento vuelve a elevarse de tono. No parece que sea el penúltimo.
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