Clos advierte de que algún día habrá que hablar del déficit fiscal de Barcelona

Hoy empieza en Barcelona el primero de dos congresos internacionales sobre los problemas de las ciudades y su futuro, que congrega a varios centenares de alcaldes de todo el mundo. Joan Clos, alcalde de Barcelona, cree que los foros serán un buen lugar para revisar el concepto de ciudad, "hoy en revisión". "Las ciudades, hace 15 años eran un problema. Ahora empiezan a ser vistas como un espacio de identidad , de encuentro. El espacio idóneo de convivencia, frente a esa sociedad global en la que algunos vaticinaban que ni siquiera tendríamos que convivir".

Clos cree que las ciudades de hoy se replantean las estrategias de gobierno: "Dejan de pensar que son ingobernables, que su futuro viene dado por fuerzas telúricas y poderes lejanos, que fuerzas incontrolables como la demografía y la economía global impiden que elaboren su propio futuro". Un cambio que tienen sus precios: "Incomodidades, riesgos ante el futuro, incertidumbre sobre cómo asumir los costes". Barcelona, asegura, es una ciudad dispuesta a pagar los costes: "Ha apostado por un modelo ambicioso a escala continental. No en vano somos la mayor ciudad europea que no es capital de Estado. Y pasa porque la gente quiere. Más aún, la gente no está dispuesta a conformarse con menos. Ser la mayor ciudad europea que no es capital de Estado quiere decir que se logra sin instrumentos que aporta normalmente el Estado. Y a veces en contra. La propia Generalitat cree que corremos demasiado. Nos acusan de ello. Y es absurdo. Basta con analizar la contribución fiscal de Barcelona al conjunto de Cataluña". Clos no cree que su afirmación haya que entenderla como la presentación de un nuevo agravio fiscal, pero, añade: "Quizás algún día haya que hablar del déficit fiscal de Barcelona. Y esto no implica nada más. La solidaridad de Barcelona con el resto de Cataluña está garantizada. Y la prueba de esta solidaridad es el entendimiento que mantiene con el resto de las ciudades catalanas". El alcalde asegura que, respecto a Barcelona, conviven dos concepciones totalmente diferentes, dos modelos incompatibles: "Nosotros apostamos por una red de ciudades metropolitanas. Una gran ciudad que se basa en las ciudades ya existentes con una fuerte inversión en transporte público que zurza esta trama. El otro modelo, el de CiU, es la ciudad difusa: crear nuevos polígonos, macroislas, grandes estructuras en zonas agrícolas, buscando ocupar todo el territorio. No sólo creo que ése no es el mejor modelo para Barcelona. Estoy seguro de que es el peor". Clos defiende que su modelo es, frente al de CiU, sostenible: consume, afirma, "menos energía y, sobre todo, necesita más transporte público". Pese a las dificultades de financiación, Clos cree que Barcelona mejorará su red de transporte "No es que se vaya a hacer porque lo quiera o no un Gobierno. Se hará porque lo queremos todos. No nos lo regalarán, pero se hará. Como tampoco nos regalarán el tren de alta velocidad ni la ampliación del aeropuerto. Pero lo haremos, aunque tengamos que pagarlo nosotros". "Las ciudades", dice, "están aprendiendo que tienen que hacer las cosas por sí mismas. De hecho, podríamos decir que están en crisis las ciudades que no tienen capacidad de decisión local, en las que la capacidad de decisión de los alcaldes es muy baja. Las ciudades que van mal son las débiles, dependientes del Gobierno del Estado o regional".