El Retiro de las ardillas

El pasado verano se efectuó el último recuento de ardillas del parque del Retiro: 37 ejemplares. Y cundió la alarma entre los técnicos municipales que conocieron los resultados. Porque en el censo del año anterior se habían contado 145 ejemplares. Es decir, en tan sólo 12 meses habían desaparecido 108 ardillas del Retiro. Ahora, seis meses después de la sorpresa, nadie es capaz de explicar con exactitud las causas de semejante descenso. Y ello a pesar de que el departamento municipal de Parques y Jardines, el responsable de estos animales, encargó a una empresa especializada un estudio sobre las causas de la mortandad, estudio que acaba de finalizar sin aclarar del todo el caso.Existe un dato clave en la misteriosa desaparición de las ardillas: tan sólo se han encontrado tres cadáveres de estos roedores en la superficie del parque. Los cuerpos han sido sometidos a todo tipo de análisis en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense y en el mismo Laboratorio Regional.

Tras estas pruebas, Santiago Romero, jefe del departamento municipal de Parques y Jardines, asegura que está tranquilo. "En ninguna de las muestras se han encontrado restos de pesticidas", comenta. Se ha descartado así la posibilidad de que una fumigación hubiera sido la culpable de la muerte de estos animales.

De todas las hipótesis sobre las causas de la desaparición de las ardillas, Santiago Romero se decide por la superpoblación. "Existe un estudio según el cual la población de ardillas no puede superar nunca los 43,4 ejemplares por kilómetro cuadrado. De otra manera se producen problemas de comida y de nidos", explica el responsable municipal.

Como el Retiro tiene 118 hectáreas, lo recomendable, según esta tabla, sería que viviesen en el parque madrileño 51 ejemplares, tal y como han calculado los responsables del estudio. Si la población de ardillas supera este número, explican los expertos, ellas mismas abandonan sus nidos en busca de mejores condiciones de vida.

"Esa superpoblación ha podido provocar que muchos ejemplares emigren a otros puntos de la ciudad. Quizás ha sido una autorregulación de la población. De hecho, últimamente los jardineros del Ayuntamiento han visto ardillas en sitios a los que no se había llevado a estos animales. Como el parque de la Fuente del Berro", expone Romero.

Los únicos lugares en los que se introdujeron ardillas son el Retiro y la Casa de Campo.

Los técnicos apuntan otras causas sobre la desaparición de estos roedores. Una de ellas es el robo.

"Las ardillas son animales muy confiados. Se acercan mucho a la gente. Se han descubierto casos de gente que se las llevaba", expone Romero. Este técnico también explica que muchas veces los perros persiguen a estos animales hasta darles muerte.

La convivencia de las ardillas con las personas no es del todo fácil. La gente, por ejemplo, se empeña en darles de comer pan. Y estos roedores no toman tal alimento. "Se alimentan de piñas, piñones, bellotas. El problema es que la gente les da todo lo que se les ocurre. Y acaban comiéndolo todo", explica Romero. Lo que no es posible computar es el número de nacimientos.

El estudio encargado para aclarar el descenso en la población de ardillas, de 51 páginas, recomienda unas cuantas medidas para controlar esa situación. Pero para los técnicos municipales hay que tender a que viva en el Retiro el número deseable; es decir, 51. "El exceso es tan malo como la carencia de ejemplares", asegura el responsable municipal del departamento de Parques y Jardines.

Entre las medidas que han recomendado los técnicos figura aumentar los rastreos para encontrar más cadáveres, controlar las agresiones que puedan sufrir por parte de otros animales y de las personas (robos) y realizar un seguimiento exhaustivo de su evolución.

De momento, el Ayuntamiento de Madrid piensa proseguir con el estudio de la evolución de estos animales en el parque.Desde que las ardillas llegaron al Retiro, hace casi quince años, tan sólo se han realizado dos censos: el de 1997 y el de 1998. No se sabe, por tanto, si ya antes se vivió un fenómeno parecido.