El rock de La Vacazul contrasta con la viola de Walter Fähndrich
A fuerza de darle al rock sin muchas concesiones, el grupo madrileño La Vacazul se está haciendo con un nombre prestigioso en el circuito de locales de directo de la capital. La misma contundencia que han paseado por ciudades como Barcelona, Bilbao, Vitoria y San Sebastián les está granjeando ahora fama en toda España. Una puesta en directo sobria pero eficaz tiene la culpa. Un concierto de La Vacazul es un reencuentro con el rock que no necesita etiquetas ni definiciones. En un sentido recogen la herencia de bandas míticas madrileñas como Leño o Coz, pero le dan una dimensión contemporánea incorporando algún elemento de rap o de funky-rock metalero. En junio pasado recorrieron Madrid subidos a un autobús de dos pisos tocando en directo para celebrar el día de la música y homenajear a los músicos callejeros, aventura que les propició más de un encuentro con la policía. Totalmente diferente es la propuesta de Walter Fähndrich, el instrumentista suizo que hoy se acerca al sexto Ciclo Jazz es Primavera que se organiza en el San Juan Evangelista. Con su viola como único instrumento, Fähndrich manifiesta una versatilidad desbordante. Improvisa con infinitos matices y sorprendentes cambios de ritmos. Su concierto es una sucesión de sonidos de los que cuesta creer que sólo se efectúen con una viola acústica, sin amplificación eléctrica.
La Vacazul actúa hoy en Caracol (Bernardino Obregón, 18; metro Embajadores). 22.00. 1.000 pesetas. Walter Fähndrich en CMU San Juan Evangelista (Gregorio del Amo, 4; metro Metropolitano). 22.30. 1.500 pesetas.
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