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Francfort celebra la dimisión de Lafontaine con una subida del 5,13%

La dimisión de Oskar Lafontaine como ministro de Finanzas alemán fue recibida por los mercados financieros con alborozo, aunque al final de la jornada sólo la Bolsa de Francfort, plaza estrella en la jornada, aguantó las ganancias con una subida espectacular del 5,13% en su índice Dax Xetra. En Londres, la tendencia alcista no se confirmó finalmente y el día finalizó con una pérdida en el índice FTSE de 53,5 puntos. En general, los mercados europeos, pendientes más de la escalada de Wall Street hacia el histórico nivel de 10.000 puntos que de Alemania abrieron al alza, pero perdieron fuerza a lo largo del día. Así, París sufrió ligeras pérdidas, al igual que Madrid, que abrió con una fuerte tendencia al alza, pero finalmente registró una pérdida del 0,84%.Para el euro, la jornada estuvo marcada por la especulación, dada la posibilidad de que el BCE, una vez desaparecida la figura política que representaba la presión sobre el organismo, acceda a bajar los tipos en la zona euro. Tras la recuperación que supuso para la moneda única el efecto de la dimisión de Lafontaine, ayer se situó frente al dólar en 1,0932 (1,0891 el jueves).

Peticiones de Duisenberg

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, aseguró ayer que los Gobiernos de la UE deben cumplir sus obligaciones de ajuste presupuestario previstas en los tratados para asegurar la estabilidad del euro y un crecimiento económico sostenido."La política monetaria por sí sola, independientemente de lo bien diseñada e implementada que esté, no puede resolver los problemas económicos de Europa", señaló Duisenberg, que separó claramente las responsabilidades "monetarias" del BCE (estabilidad de precios) y las "fiscales" de las autoridades políticas (equilibrio presupuestario), y defendió que cada uno persiga y cumpla sus objetivos por separado como la mejor manera de asegurar la credibilidad de las políticas económicas y monetarias europeas.

"La mezcla de políticas resultante de las políticas monetarias y fiscales será una consecuencia de estas políticas, en lugar de un objetivo inicial", añadió Duisenberg. La advertencia del presidente del BCE a los Gobiernos de la UE se produjo en el día después de la dimisión de Oskar Lafontaine, representante de la corriente para la que el BCE no debe ser un órgano únicamente técnico y al margen de la realidad política y social y que presionó a Duisenberg reiteradamente para que bajara los tipos.

Por otra parte, la agencia estadística Eurostat informó de que el excedente de la balanza por cuenta corriente de la UE con países terceros aumentó un 56% en 1997, mientras que el de la zona euro subió un 47%. Este aumento se traduce en un excedente de 63.200 millones de euros en la UE (10,5 billones de pesetas) y de 77.700 millones de euros (12,9 billones de pesetas) en los países de la zona euro.

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