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Feminismo, un arma de futuro

Ana Mato, una de las mujeres importantes del Partido Popular, le decía el domingo en este periódico a Feliciano Fidalgo que el presidente Aznar no es feminista porque eso ya está superado. Aznar y Mato lo tienen fácil, los dos hacen en la vida lo que quieren hacer: viven del trabajo que más les gusta y si Aznar no puede pedir más porque ha llegado a lo más alto, Mato está en condiciones de pedir y conseguir. Hay mujeres afortunadas, valiosas, preparadas y con suerte, que no tienen más que celebrar el no sentirse discriminadas por ser mujeres. Ana Mato, valiosa, inteligente y suficientemente preparada, además de joven, está donde quiere estar y dispuesta a querer más cuando lo que tiene le parezca poco. Es una privilegiada, como otras muchas. Pero no todas las mujeres pueden decir lo mismo y es por ellas por las que hay que seguir siendo feministas y tratando de conseguir que los hombres entiendan las reivindicaciones del feminismo y las apoyen. Sin duda corren mejores tiempos que nunca para las mujeres, nunca la historia las observó con el respeto con que las observa. Hoy las mujeres y su discurso de igualdad están integrados en el ideal de justicia de este tiempo lleno de injusticias y, sin embargo, más justo que ninguno pasado. Todo corre a favor de la razón de las mujeres pero ningún logro ha sido gratuito, sino producto de la lucha feminista, del valor de las mujeres que han dejado escrita en el siglo XX una historia para que el futuro de todas las mujeres empiece a ser el elegido y no el impuesto por el poder masculino. Algún día los valores "masculinos" y los valores "femeninos" serán compartidos y disfrutados por hombres y mujeres y en la igualdad será más grato y más deseable el encuentro para compartir el mundo. Pero no ha llegado ese día. De momento, aquí mismo, en Andalucía, la tasa de paro femenino es del 40%. Las mujeres sólo consiguieron un 7% de los 84.100 empleos creados en la región en el año 1998. El feminismo es un arma cargada de futuro.MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ

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