LA MUSA VUELVE
Con un vestido negro pegado a su cuerpo delgado y una extrema palidez, Juliette Gréco se convirtió en todo un símbolo del París existencialista. A sus recitales en los cabarés de la Rive Gauche acudían muchos intelectuales. Amiga de Sartre y de Cocteau, novia de Miles Davis, Juliette Gréco interpretaba canciones como Les feuilles mortes, y se decía que más que una cantante era una actriz trágica. Ahora, con 71 años cumplidos, la musa de Saint-Germain-de-Près acaba de publicar Un jour d"été et quelques nuits, disco con música de Gérard Jouannest y letras de Jean-Claude Carrière, que fue colaborador de Buñuel. Hace cinco años había grabado otro compacto con temas de los brasileños João Bosco y Caetano Veloso.- ,
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.