La policía investiga a ex alumnos del Inem por la muerte del taxista

Tras fracasar las investigaciones en los alrededores de Paracuellos del Jarama, la Guardia Civil ha optado por analizar los listados de ex alumnos del centro de formación ocupacional que el Inem tiene en el municipio. Frente a sus instalaciones perdió la vida el taxista Rafael Martínez, que llegó hasta allí de madrugada por indicación de su cliente. El mismo cliente que, tras robarle el dinero que guardaba, unas 26.000 pesetas, le pegó un tiro en la cabeza que resultó mortal.

El taxista Rafael Martínez murió de un disparo a las puertas de un centro de formación ocupacional del Inem situado a dos kilómetros del centro urbano de Paracuellos del Jarama. La carretera de dos kilómertos en dirección al recinto acaba en la misma entrada del centro, por lo que se sospecha que el cliente del taxi conocía perfectamente que se trataba de un camino inhóspito y solitario.Los agentes están siguiendo como línea de investigación el listado de ex alumnos del centro debido a que consideran muy extraño que una persona pudiera indicar al taxista que siguiera un recorrido desconocido para él. La Guardia Civil ha decidido emprender este nueva línea en sus pesquisas después de no haber obtenido resultados destacados tras los numerosos interrogatorios efectuados a jóvenes de la zona.

Antecedentes

Los trabajadores del centro reconocen que la Guardia Civil les ha pedido datos de los alumnos. Según fuentes de la investigación, se están contrastando las fichas de los estudicantes con la de jóvenes con antecendentes.Otra hipótesis policial era que el supuesto asesino condujese al taxi hasta el centro de formación para luego dirigirse andando a las chabolas y chamizos situados a orillas del río Jarama. Pero, la zona ha sido rastreada sin éxito. Los vecinos de Paracuellos vieron a muchos guardias civiles durante los tres días posteriores al crimen. "Dicen que ahora vienen secretas, pero últimamente no se ve a la Guardia Civil por aquí", comenta Eusebio, un residente en Paracuellos.

El vecindario cree que el criminal no está entre ellos. "Seguro que conoce la zona, pero no vive aquí", dijo Adela, una anciana que lleva 50 años viviendo en el pueblo. "La zona donde ocurrió el crimen", asegura, "hay que conocerla muy bien para llegar hasta allí". "Creo", prosigue, "que el animal ése le tuvo que preparar una encerrona".