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El PP asume que una participación normal impide su mayoría absoluta

La obsesión por la mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómicas, que impregna todas las acciones institucionales y orgánicas que desarrollan los populares, demuestra que el objetivo sigue siendo complicado. Eduardo Zaplana admitió el pasado miércoles, ante el comité ejecutivo regional del PP, que una participación "normal" en las próximas elecciones autonómicas, calculando que entre el 70% y el 72% del electorado acuda a depositar a su voto, se traduciría en una representación parlamentaria de 44 escaños, uno por debajo de la mayoría absoluta, según las encuestas que baraja la organización. El índice de participación en las elecciones autonómicas de 1983 fue del 72,74%; subió al 74,45% en 1987; bajó al 69,24% en 1991 y resultó ser la más alta en 1995, cuando alcanzó el 76,06% y se produjo el primer vuelco electoral en la Comunidad Valenciana. El escenario "normal" en las próximas elecciones recoge un ligero descenso de votantes en relación a las pasadas elecciones, sobre todo entre el votante socialista. La misma hipótesis garantiza la supervivencia de Unión Valenciana. Según la previsión de los populares, los regionalistas obtendrían tres escaños, el mínimo posible, una vez superado el listón del 5% del voto autonómico. Dos puntos un escaño Los números de los populares mejoran, pues, de haber una subida de la participación. Según las cábalas que presentó Zaplana, cada dos puntos de aumento de la participación electoral se traducirían en un escaño más. Así, con una afluencia sobre el censo del 74% de votantes, el PP lograría la mayoría absoluta. El objetivo óptimo que dibujan los estudios se sustenta sobre una participación del 80%, que supondría un caudal de votos de 1.250.000 y arrojaría una representación parlamentaria para el PP de 48 diputados. Los socialistas mantendrían el tipo, aunque podrían perder respaldo electoral, según el análisis que barajan los populares a cuatro meses de las elecciones. La lista encabezada por Joan Romero, secretario general del PSPV, podría ganar dos escaños sobre los 32 que obtuvo en 1995. Los populares están convencidos de que los votos absolutos que pueda cosechar el PSPV apenas se moverán con respecto a la convocatoria de 1995, pero atribuyen un severo descenso a Esquerra Unida-Els Verds que beneficiaría a los socialistas. El PP también contaba con un crecimiento del Bloc Nacionalista Valencià, que presenta como candidato a la Generalitat a Pere Mayor, para restar votos a los socialistas. Pero los nacionalistas, según el diagnóstico del PP, no logran despegar y arañar voto entre la izquierda. Los populares entienden que la hipótesis de menor participación también les beneficiaría, ya que los socialistas lograron la mayoría absoluta con apenas 850.000 votos, en 1991.

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