Almunia media con Morán y Lissavetzky para frenar su pugna por la lista electoral
El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, medió ayer con el candidato socialista Fernando Morán y el secretario general de la Federación Socialista Madrileña, Jaime Lissavetzky, tras fracasar la tercera reunión para cerrar la lista electoral al Ayuntamiento de Madrid. Almunia, en conversación telefónica con Morán, le instó a que se tomase "el tiempo necesario" para lograr un pacto sobre la composición de la candidatura madrileña. Lissavetzky aseguró que, por el mismo motivo, se mantiene en contacto con Almunia y el secretario de organización, Ciprià Ciscar. El eje de esta disputa que ha llegado hasta la cúpula socialista reside en que Fernando Morán quiere incluir en la lista electoral a seis personas de su confianza. Pero Lissavetzky considera excesivo el número. Asimismo, Morán, quien ya ha hecho públicos sus candidatos, exige para continuar negociando que el responsable de la FSM le dé a conocer su propia lista."Cordial y corta, pero firme". Con estos tres adjetivos fue definida la corta reunión negociadora por Fernando Morán. "Yo he mostrado mis cartas, mi proporción en la lista. Y aún estoy esperando a que Lisssavetzky me muestre las suyas, que desconozco. Al igual que las máximas instancias del partido, yo no tengo prisa. Hasta el 7 de marzo hay tiempo para el acuerdo. Pero, en estas condiciones, no puedo proseguir negociando", explicó.
Cristina Narbona, la jefa de campaña de Fernando Morán, explicó ayer que el candidato conversó telefónicamente por la mañana con Joaquín Almunia, quien le dijo que consumiera todo el tiempo que necesite para alcanzar el acuerdo, sin urgencias ni apremios.
"Puede que yo llegue a plantear alguna objeción a los nombres que me sean presentados, pero nunca emitiré vetos. Sin embargo", agregó Morán, "si desconozco quiénes son sus candidatos, ¿cómo puedo negociar nada?".
A la pregunta de si durante la reunión formuló algún tipo de ultimátum, Morán negó que hubiera planteado amenaza alguna a la otra parte, pero precisó: "Evidentemente, no voy a encabezar una lista con la que no esté de acuerdo", en referencia a sus peticiones de contar con un "núcleo de confianza" en el seno de la lista. "El hecho de que ellos aún no tengan una lista propia confeccionada significa que siguen enfrascados en una inercia, llamémosla suicidaria, de la que a la Federación Socialista Madrileña le cuesta tanto trabajo salir. Y ello pese a que esa inercia", añadió, "es la que nos ha llevado a los socialistas a tantas derrotas electorales". PASA A LA PÁGINA 3
Quince minutos bastaron a Lissavetzky y Morán para consumar su desacuerdo
VIENE DE LA PÁGINA 1Apenas quince minutos, los que duró la reunión de ayer, bastaron a Fernando Morán y a Jaime Lissavetzky para confirmar el alcance de su desacuerdo. Incluso emplearon parte de este tiempo para comentar el desabrido ambiente, ayer muy lluvioso, de Madrid.
Morán, con escepticismo, comentó: "Aunque yo no estoy enojado, han seguido conmigo una vía basada en esa cosa tan infantil consistente en intentar cansarme, irritarme y negar lo evidente". ¿Qué considera el candidato Morán lo evidente? "Lo evidente es que si no admiten un cambio de cultura política como el que se deriva de las primarias y si no abandonan las viejas tácticas basadas sólo en aplicar la lógica del partido en Madrid, no será posible ganar las elecciones", dijo.
Por su parte Jaime Lissavetzky, que negocia con Morán la composición de la lista electoral para Madrid, negó contundentemente que el desenlace de la reunión de ayer implique una ruptura de las negociaciones. "En absoluto ha habido ruptura. Tan sólo se trata de ganar tiempo. Hemos parado el reloj, para avanzar mejor en los próximos días", dijo. "Tenemos un excelente candidato a la alcaldía y lo importante hoy es que tanto los escándalos que afectan al PP en Madrid, como su grado de desorganización en el Ayuntamiento, nos sitúan en óptimas condiciones para ganarle en la cita electoral del 13 de junio".
El secretario regional reconoció la existencia de dificultades "en el nuevo modelo aplicado", en referencia a los cambios de procedimiento derivados de las elecciones primarias del 27 de junio, en las que Morán resultó elegido como candidato a alcalde por la militancia socialista madrileña, frente a Joaquín Leguina. "Estos cambios implican ajustes en los que estamos comprometidos y que, lógicamente, habrán de tener en cuenta los legítimos deseos del candidato así como los que expresan los deseos del partido, que yo represento en esta negociación con él".
Lissavetzky invitó ayer a Morán a asistir hoy a una reunión de la Ejecutiva de la Federación Socialista Madrileña, para tratar sus desavenencias, a lo que Morán se negó. "No puedo asistir a ese encuentro, sería vulnerar la legalidad del reglamento", respondió. El reglamento establece que el candidato y la dirección socialista habrán de pactar conjuntamente la lista. Lissavetzky confirmó luego que la reunión de la ejecutiva había sido pospuesta.
Negociación compleja
En la mañana de hoy se celebra en Madrid una reunión de secretarios generales de las 25 agrupaciones socialistas madrileñas con Lissavetzky. En ella habrán de pactarse los nombres que cada familia socialista quiere ver figurar en la lista, previo acuerdo interno entre ellas para determinarlos.
Una vez con esta lista en la mano y aparte de la negociación con Morán, el secretario regional deberá rehacerla en función de toda una batería de criterios. Desde la inclusión de dos candidatos del Partido Democrático Nueva Izquierda hasta el de equilibrar igualmente la proporción de hombres y mujeres, ni inferior al 40% ni superior al 60%. "También deberán ponderarse tanto las capacidades de los candidatos como las incompatibilidades que puedan presentar, habida cuenta de la necesidad de máxima dedicación que se les exigirá en sus cometidos", indicó Lissavetzky.
"Todo un damero chino", bromeó por su parte Cristina Narbona, en referencia a la complejidad que habrá de sortear la negociación bloqueada.
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