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El arsenal ruso

La historia juzgará la política exterior de la Administración de Clinton por su éxito en ayudar a Rusia en la reducción de su infraestructura nuclear procedente de la guerra fría. Nada reforzaría más la seguridad americana en las próximas décadas que asegurar que el inmenso arsenal nuclear ruso disminuye de forma adecuada y controlada. La modesta cantidad de dinero necesaria para conseguir estos objetivos podría ahorrar en el futuro a Washington muchos miles de millones de dólares para hacer frente a la amenaza nuclear rusa. Moscú tiene todavía 6.000 cabezas nucleares para misiles de largo alcance. (...) El último tratado de reducción de armamento nuclear, negociado hace más de seis años, aún debe ser ratificado por el Parlamento ruso. Este tratado sólo reduciría las bombas nucleares a cerca de la mitad. El primer ministro Yevgueni Primakov reconoce el valor del tratado para Rusia en términos de política exterior y de ahorro presupuestario. Bill Clinton debería trabajar estrechamente con el presidente ruso, Boris Yeltsin, y con Yevgueni Primakov para conseguir la ratificación. (...) Washington tendría que presionar para que se reubique a los investigadores de armamento ruso en trabajos civiles. Existen dos programas americanos, coordinados por el Departamento de Energía, diseñados para conseguir ese objetivo. (...) Deberían formar parte de una estrategia coordinada para eliminar sustancialmente la infraestructura nuclear rusa procedente de la guerra fría antes de que la Administración de Clinton finalice su mandato.

26 de febrero

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