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El Aquarium donostiarra deberá vaciar su oceanario por su grave deterioro

Aurora Intxausti

Los daños en el decorado del oceanario del Aquarium donostiarra obligarán a los responsables de la sociedad a vaciarlo y trasladar los peces a otro lugar mientras se realiza la reparación. El informe realizado por el Centro Tecnológico Inasmet sobre el deterioro afirma que el poliuretano que ha quedado al descubierto es un buen sustrato para la fijación de algas, alimento muy atractivo para los peces. Ese producto químico no es digerible y se acumula en sus estómagos llegando a producirles trastornos y finalmente la muerte.

Cuatro meses después de la inauguración del Aquarium de San Sebastián, los responsables de la Sociedad Oceanográfica se vieron obligados a encargar el pasado diciembre a Inasmet un estudio para conocer las razones del grave deterioro que sufre el decorado del oceanario y las posibles soluciones. El informe aprecia carencias importantes en la colocación del decorado y localiza grietas que contienen una elevada masa de poliuretano. La única solución, según los técnicos de Inasmet -un centro tutelado por el Gobierno vasco- es vaciar el oceanario, uno de los principales atractivos del Aquarium, y efectuar reparaciones en los decorados en seco. La reparación costará unos 48.000 euros (algo más de ocho millones de pesetas). La solución propuesta por Inasmet no se considera "viable de forma inmediata por razones económicas, logísticas y de deterioro de la imagen social" y por ello se cubrirán las áreas de poliuretano al descubierto para ganar tiempo para las reparaciones en seco. El vaciado del oceanario se realizará dentro de un año, según la gerente de la Sociedad, Carmen Arrazola, sin saber aún el lugar en que se acondicionarán los peces mientras dure la reparación. Arrazola afirmó que el desconchado no tenía ningún efecto para el ecosistema y que tan sólo era una cuestión estética. Declaraciones lejanas a lo que aseguran los técnicos de Inasmet, que afirman en su informe que "si no se evita la mordedura del poliuretano la mortandad entre los peces se elevará rápidamente". La remodelación del Aquarium de San Sebastián costó 1.100 millones de pesetas (6,6 millones de euros) de los que 530 fueron aportados por instituciones públicas -Gobierno vasco, 350 millones; Diputación de Guipúzcoa, 80 millones y Ayuntamiento de San Sebastián, 100 millones-. La reforma de los recintos acuáticos fue realizada por el neozelandés Michael Murphy y el australiano Rodney Wrigth, de la empresa australiana Oceanis. El presupuesto de ese trabajo sumó 33 millones de pesetas, de los que la Sociedad Oceanográfica ha pagado ya 28 millones. La Sociedad tiene previsto presentar las correspondientes denuncias judiciales en el Palacio de Justicia de San Sebastián, según Arrazola. Los dos grandes atractivos del Aquarium donostiarra son los escualos y el túnel de metacrilato transparente.

Los dientes de los escualos indican que su estado es inmejorable, según su cuidadora

Los dos tiburones toro del Aquarium de San Sebastián evolucionan favorablemente ya que, según declaró ayer su bióloga y cuidadora Amalia Martínez de Murgia, a diario encuentran en los recipientes en los que se habitan dientes de los escualos. "Ése es un síntoma de que su desarrollo sigue el ritmo normal y se desenvuelven bien en el clima en el que se les ha acondicionado para vivir", indicó. Los marrajos que viven en el oceanario de San Sebastián todavía no tienen nombre. La gerente, Carmen Arrazola, dijo que ayer que hay dos que se escuchan entre los miles de visitantes que acuden al Aquarium donostiarra y son Miami y Florida, apelativos que no parecen del agrado de todos y por ello tienen previsto realizar un concurso entre los escolares para decidir los nombres de los escualos. Los dos pequeños depredadores que nadan en aguas del Aquarium pertenecen a la raza Odontaspis taurus, una de las que mejor se adaptan a la vida en cautividad. Viven de 25 a 30 años y practican el canibalismo intrauterino: unas crías se devoran a otras. Los tiburones que llegaron al Aquarium medían algo más de 1,50 centímetros el macho y 1,20 centímetros de longitud la hembra. El coste de los marrajos fue de tres millones de pesetas (18.030 euros). Los submarinistas que a diario les facilitan el alimento han conseguido ganarse la confianza de los escualos. Se aproximan a ellos sin problemas y han logrado traducir los gestos y leer sus miradas. Los dos tiburones conviven sin problemas en el tubo de metacrilato de 40 metros de longitud con rayas y chicharros y otro tipo de especies marinas. El Aquarium tiene además acuarios táctiles donde el visitante puede coger y tocar peces, peceras de micromundos, con diminutos organismos acáuticos cuya visión es ampliada 40 veces con videocámaras con control remoto.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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