Instituciones Penitenciarias admite su error en el caso del preso degollado

El director general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, reconoció ayer en la Comisión de Interior del Congreso que hubo un "error" de su departamento en la muerte de Jesús Cano Muñoz, de 53 años. A este preso preventivo, la cárcel de Soto del Real -cuyo director ha sido sustituido esta semana- le asignó como compañero de celda a Pablo Esteban Bienvenido, un recluso de quien los responsables penitenciarios (véase EL PAÍS del 31 de enero) ya sabían que era un esquizofrénico paranoide en evolución, un homicida que un año antes había matado a su mujer a tiros, quemado su casa y herido a todos lo vecinos que se había encontrado a su paso; un enfermo delirante para quien los médicos de la prisión pedían ya por escrito su internamiento en un centro cerrado y del que aseguraban que se veía empujado a cometer "actos irrefrenables". El 12 de enero, Bienvenido degolló, emasculó y desmirló a Cano. Nadie le informó de quién era su compañero de celda. Yuste dijo, según Europa Press, que se han iniciado diligencias informativas para averiguar si hubo responsabilidad disciplinaria, al margen de la judicial. En cualquier caso, consideró que, de haber una negligencia, sería clínica.