Colunga dice que su alusión machista contra Calvo dio origen a su amistad con ella
A veces las ofensas o las alusiones machistas pueden acabar en entrañables amistades. Esto es lo que ha ocurrido entre la consejera de Cultura, Carmen Calvo, y el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Rafael Álvarez Colunga. Al menos, así lo contó ayer el jefe de los empresarios. Tras dirigirse a la consejera con un "querida amiga Carmen", Colunga afirmó en el club Antares de Sevilla que el incidente que protagonizaron los dos en 1997 "fue un malentendido inocente y olvidado por ambas partes". Con todo, este hecho "ha valido para el nacimiento de una amistad", confesó Colunga. Tras criticar la gestión de Calvo, el presidente de la CEA dijo en septiembre de 1997 en una tertulia radiofónica: "Me gustaría tener como consejera a una señora cordobesa guapa y de buen estilo para que cuando venga Clinton u otra personalidad a ver la Alhambra de Granada pensaran lo guapas que son las cordobesas y las andaluzas". Calvo es cordobesa. La alusión desató una pequeña tormenta. Varios colectivos calificaron a Colunga de machista y éste pidió disculpas a Calvo. Colunga presentó ayer a Calvo en los Encuentros 2000 del club Antares. La consejera pronunció una conferencia ante un centenar de personas. Calvo defendió la necesidad de los ministerios y las consejerías de Cultura y arremetió contra los detractores de estas instituciones. A estas personas críticas Calvo les dedicó un refrán: "Cree el ladrón que todos son de su condición". "La cultura está en el núcleo del estado del bienestar. Forma parte de las obligaciones de los poderes públicos", comentó la consejera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.