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Eran músicos, no inmigrantes

The Master Musicians of Jajouka anuncian que no volverán a España por el trato recibido en un consulado.

Han hipnotizado a medio mundo. Los Rolling Stones, Peter Gabriel, Led Zeppelin, Bernardo Bertolucci, Sonic Youth, William Borroughs o Paul Bowles les son incondicionales. Pero no pudieron hipnotizar a los funcionarios del consulado español en Tetuán. The Master Musicians of Jajouka, una de las formaciones más famosas de Marruecos, dicen haber sido objeto del "maltrato y el desprecio" del personal del consulado, que no les hizo caso durante tres días. "Es más fácil ir al espacio que entrar en España", afirma su líder, Bachir Attar. Han anunciado que jamás volverán a pisar este país.Y lo dijeron con todas las letras ante más de 2.000 personas en el Palacio de Congresos de Granada, adonde habían acudido para actuar con el grupo estadounidense Sonic Youth. "Hemos sido tratados con desprecio en el consulado español de Tetuán", dijo en inglés Attar al público. "Amamos Granada y amamos este país, pero jamás volveremos a pisar España".

Según Bachir Attar, la orquesta se vio retenida en Tetuán durante tres días sin ningún motivo y con todos los documentos aparentemente en regla. Los funcionarios, explicó, les habían tomado por inmigrantes que pretendían entrar en el país para quedarse luego ilegalmente, y estuvieron dándoles largas y más largas hasta concederles el visado.

"Jamás hemos tenido problemas para entrar en Estados Unidos, en Canadá, en cualquier parte del mundo, en donde se nos ha tratado con el máximo respeto como artistas y como seres humanos", dijo Attar. "Pero en España el trato ha sido muy diferente".

Según los músicos, sufrieron los efectos de la burocracia española desde el martes de la semana pasada hasta el viernes a mediodía, cuando por fin se les concedió el visado. Pero, para ello, la empresa que les había contratado en Granada, Musiserv, hasta tuvo que enviar un fax del Palacio de Congresos de Granada certificando que estaban contratados, que eran músicos que iban a tocar allí.

El jefe de visados del consulado de Tetuán, Francisco Gamero, negó ayer las acusaciones y señaló que la formación marroquí fue tratada en todo momento de "modo exquisito. (...) Estamos en el espacio Schengen [el acuerdo entre países de la Unión Europea para abrir sus fronteras internas, al tiempo que se establece un mayor control sobre ciudadanos extracomunitarios] y los visados requieren un trámite", explicó, "pero en este caso, atendiendo a su condición de artistas, se los entregamos el viernes 19, un día después de que los pidieran".

Gamero indicó que se actuó con rapidez porque los músicos poseían ya visados anteriores. "De lo contrario habríamos tenido que exigir un permiso de trabajo y residencia expedido por la Subdelegación del Gobierno en Granada, y eso habría complicado las cosas".

La Oficina de Información Diplomática (OID) indicó que la solicitud del visado fue realizada el jueves y que éste se entregó al día siguiente. "Fueron al consulado de Larache y allí se les dijo que los trámites se hacían en el de Tetuán", afirma Juan María Alcina, de la OID. "Llegaron, se saltaron la cola y se comportaron de modo poco educado. No presentaron todos los papeles, pero se les atendió. De cualquier modo, tres días para un visado es muy poco tiempo".

Fuentes de la empresa que los contrató señalaron que el concierto estuvo a punto de irse al traste por el jaleo burocrático, que no es muy diferente del que a diario sufren los marroquíes corrientes.

The Master Musicians of Jajouka, que viven en el Rif y representan una tradición musical de 800 años, fueron descubiertos en 1968 por el guitarrista de los Rolling Stones Brian Jones, quien grabó sus peculiares sonidos de rhaita árabe en el disco Brian Jones presents the pipes of Pan at Jajouka. Los propios Rolling Stones han contado con ellos en diferentes ocasiones. Decenas de artistas, como Jimmy Page, Ornette Coleman o Peter Gabriel, han querido trabajar a su lado, dada la originalidad de su música.

El grupo tuvo también su impacto entre los poetas y escritores de la generación beat, como William Borroughs o Paul Bowles, quien, cuando les vio en Tánger, se convirtió en su gran mentor. De hecho, la orquesta aparece en la película El cielo protector, de Bernardo Bertolucci, por sugerencia de Bowles. Pero ni eso ni la música obsesiva de las flautas y gaitas de Jajouka pueden nada contra el espacio Schengen.

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