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Entrevista:JAVIER SALAZAR RÜCKAUERURBANISTA

"Bilbao vive una segunda juventud, pero se la juega en los próximos diez años"

Bilbao ha vivido una semana intensa. Los políticos han vuelto a hablar del nuevo Bilbao, de que sus habitantes han recobrado la autoestima y de que el futuro es halagüeño. Pero los efectos urbanísticos del cambio preocupan y más a los expertos como Javier Salazar Rückauer, que, bajo los auspicios de Bruselas, trabaja para el Forum Ría 2010, donde se evalúan áreas urbanas de cara al futuro. Licenciado en Barcelona, becado en Alemania, nacido en Bilbao, 46 años, profesor de Urbanística en la Escuela Superior de Arquitectura de San Sebastián, dirige desde 1993 la Agrupación de Arquitectos Urbanistas del Colegio Vasco-Navarro. Salazar es personaje siempre a consultar en temas urbanísticos, sobre todo de futuro. Pregunta. Defina las ciudades... Respuesta. Paisajes artificiales que se diseñan desde paisajes naturales para la relación social y la convivencia colectiva. El carácter irrepetible de cada ciudad se lo da la gente... y su trayectoria. P. ¿Cual es la ciudad ideal para vivir? R. Aquella que sabe compaginar el paisaje natural y el construido y ambos dialogan y se realimentan mutua y constantemente. ¿Nombres? Lisboa, Granada, Verona, Praga, Béjar... P. ¿Y las ciudades vascas?. R. Vitoria es modélica. Está entre las diez de mayor calidad de vida y de mejores servicios en Europa, al nivel de Girona y Mallorca. San Sebastián es... excesivamente perfecta: su paisaje natural es el ideal. P. ¿Y Bilbao?... R. Fue desde su origen [cumplirá 700 años en el 2000] la construcción de un sistema complejo apoyado en el efecto eje de la infraestructura natural de puerto de abrigo que proporcionaba el Nervión, diez kilómetros Este-Oeste y cuatro Norte-Sur. P. ¿Se ha sabido aprovechar el capital natural de Bilbao? R. No, más bien lo hemos despilfarrado o malgastado. Bilbao, al igual que Salzburgo, Verona, Turín, Praga o Lieja, tiene un fondo de escenario paisajístico maravilloso. Lo peor es el conocimiento todavía escaso e insuficiente de lo que significan en el paisaje urbano esos recursos naturales. P. ¿Ésta es la razón de que parezca que es una ciudad que no acaba de integrarse? R. Así es. Por encima de las grandes inversiones en infraestructuras late una sensación de precariedad, de que se puede dar el caso de que la ciudad o territorio que llamamos Bilbao, una vez regenerada, no suene bien. P. ¿Pero no existe ahora una profunda mutación o cambio?. R. Sí, pero Bilbao se la juega en los próximos diez años. Su éxito o fracaso va a depender no sólo de la continuidad racional del proceso iniciado, sino también de que exista o no una visión globalizada del territorio urbano en su conjunto. No conviene olvidar que del mismo modo que pueden darse precursores activos de mutación (caso Guggenheim), también pueden generarse antígenos o mecanismos autoblocantes, tapones urbanos. P. Por tanto, existen riesgos. R. Por lo menos dos. Uno, la hipertrofia de proyectos de carreteras, que amenazan con sobrecargar el tráfico sobre el Nervión, y la visión minifundista, reduccionista, que se tiene de Bilbao. El centro ya no está en el Puente de Deusto o el del Arenal. La realidad es que hoy Bilbao abarca desde Basauri hasta Plentzia o Santurtzi y todos sabemos que siendo así el centro de gravedad metropolitano está en el Puente de Rontegi, no en los otros. Lo lógico sería exportar para el año 2010 la calidad urbana central a otras zonas, subcentros urbanos de la metrópoli, porque a Bilbao centro le sobra calidad urbana y peatonal, que es lo que hace mucha falta en Zorroza, Erandio, Sestao... P. ¿Cómo cree que vive todo esto el bilbaíno? R. Siente una segunda juventud. La primera fue al final del siglo pasado. Y no hemos de olvidar que los recursos humanos y los naturales que tiene Bilbao son su gran capital. P. ¿Qué puede suponer el Plan Territorial Parcial para el Bilbao metropolitano de un millón de habitantes?. R. Apostar por el Bilbao metropolitano supone un salto cualitativo en el cual la extensión a lo largo de la ría es un componente muy especial. Regenerar urbanísticamente Bilbao tiene mucho que ver con preservar su espina dorsal, el valle de la Ría, valorizando su materia prima esencial: el paisaje montañoso y verde que lo rodea. Por ello, tan importante o más que resolver la sutura o reestructuración urbana en sentido longitudinal (Este-Oeste) desde Bilbao centro hasta el mar, es resolver la transversalidad. Se debe, además, establecer puentes no en función solamente del sistema viario o de tráfico sino en función de las personas, de los distritos residenciales actuales y de los futuros, si los hubiere, frente al abismo físico que hoy les separa. P. Tarea que puede fracasar... R. Sí, la apuesta puede suponer el éxito de Bilbao como una gran ciudad cabecera del País Vasco, centrada en la ría de una manera sostenible, peatonal y con calidad urbana. Pero puede suponer también su autobloqueo y una cierta regresión minifundista hacia el Bilbao municipio-centro y hacia Getxo en caso de que salga ganadora la idea de meter una autovía y recargar con automóviles el eje de la ría. Si se da la primera opción, Bilbao puede llegar a ser dentro de 50 años un éxito turístico y paisajístico como lo es el anillo monumental de Viena, incluso más grande. En la segunda opción, se crearía un Bilbao a la americana, segregado y antisocial, donde la movilidad de las personas se basaría casi exclusivamente en el automóvil privado. P. O sea, el Bilbao metropolitano está por construirse.. R. Digamos que está aún pendiente la interacción entre las grandes estrategias (de sociedades públicas, empresas privadas y mixtas) y los proyectos parciales. La visión o visiones futuras posibles para Bilbao están todavía por hacerse. Quedan abiertas muchas visiones (la más importante es la holística, totalizadora) que hagan posible futuros bilbaos. Pero el Bilbao de nuestros hijos será lo que entre todos nosotros seamos capaces de hacer. El factor humano es siempre, en definitiva, la clave.

La creatividad del ciudadano

Javier Salazar Rückauer es unamuniano, lector natural, gran conocedor del arte, principalmente vasco. Considera a Ruiz Balerdi el mejor de las últimas generaciones de pintores. Es hombre sencillo, que piensa y lee mucho, o sea, que sueña constantemente también, y que perdona la debilidad de quien comete el pecado de la gula, y el de -como decía Unamuno- "morder y no comer", es decir, la envidia. Cree que el arquitecto tiene una vertiente política sin ser político, como la tiene el que hace algo que trasciende hacia los demás. Salazar entiende que la libertad se consigue cuando uno llega a definirse a sí mismo en su propia circunstancia. Que la libertad profesional es difícil porque cualquier acción está limitada por muchísimos factores, incluyendo en ello la creatividad artística. "Yo diría que la inteligencia científica y/o artística consiste en haber aprendido lo suficiente para manejar esos factores con libertad". Valora, con Ortega, la arquitectura "como una obra colectiva, una labor común, social". Comparte las quejas de los arquitectos jóvenes porque "los violinistas pueden llegar a ser unos virtuosos a los 20 años, pero a los arquitectos sólo les es dado el éxito a partir de los 40". Y lo justificó, porque eso mismo les ocurre a abogados, cirujanos o compositores musicales. "Hay un tiempo para llegar a aprender a moverse en campos complejos y posiblemente hay otros tiempos posteriores válidos para ejercer con más o menos virtuosismo o fortuna". Un arquitecto tiene mucho de médico que diagnostica y de compositor creativo también, y la práctica, la experiencia, han de ir unidas al riesgo y la creatividad. Opina que la historia de la civilización se está escribiendo ya desde las ciudades, donde vivirá, en el 20 20, el 80% de los habitantes del mundo. Cree que las ciudades, como las empresas, tienen un factor de autocorrección o reequilibrio dinámico que responde al cambio y al progreso, es el "valor añadido", es decir, el "fomento de la creatividad". "Formar e informar" El futuro de las ciudades no está solamente en políticos y en arquitectos sino en los ciudadanos, a quienes hay que formar, informar para que decidan por lo que es mejor para su vida y la de sus hijos. "Formar ciudadanos libres y responsables, para consensuar con ellos acciones que afectan a su vida y sus sentimientos". Es la única garantía de "sostenibilidad" para cualquiera que sea el futuro de la ciudad. Hay que cultivar ese "valor añadido", el "fomento de la creatividad". Subraya la importancia de abrir infotecas y servicios culturales y sociales además de potenciar las universidades y el tejido empresarial como entornos permanentes de innovación. "Ésas serán cuestiones decisivas que marquen la divisoria entre auge y declive de las ciudades europeas durante el siglo XXI. En ello estamos los urbanistas, y han de estar todos los habitantes de cada ciudad".

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