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"Diez negritos"

El Grupo Socialista en las Cortes Valencianas se convirtió ayer en el salón de la casa que describe Agatha Christie en su novela Diez Negritos. Varios de los parlamentarios que el martes -tras la fuga de Roberto García Blanes al Grupo Mixto- figuraron en conversaciones y listas basadas en la especulación como el posible tránsfuga número tres se dieron cita en sede parlamentaria. El perfil de todos ellos es semejante: nulas posibilidades de repetir en las próximas candidaturas, sin empleo o con dificultades para obtenerlo y con una buena dosis de humor. Todos ellos quisieron hacer acto de presencia para demostrar que no piensan seguir el camino de sus dos ex compañeros. Juan Villalba aseguró: "Estaba en cama con gripe y me ha tocado venir y mañana estaré en el pleno, aunque sea con pariuelas". Josefa Tornero reconoció que se había especulado con su nombre, aunque sabía que la habían descartado por una sencilla razón: "Pensaron que si me hago tránsfuga mi padre me mata". Francisca Benabent, cuya ausencia en el pleno de la semana pasada impidió que las Cortes aprobasen la constitución de una comisión de investigación para investigar las concesiones de emisoras de frecuencia modulada realizadas por el Consell, recalcó su obediencia a la disciplina socialista. Benabent insistió en que su ausencia había sido por una causa familiar grave y recordó que el Partido Socialista es un partido con gran humanidad. "Pienso que si me tuviese que ausentar por motivos familiares graves otra vez lo entenderían", dijo Benabent, que de este modo recalcaba que su ausencia fue puntual y que sigue fiel a la disciplina socialista. Leandro Picher estaba ocupado buscando argumentos sobre el transfuguismo para el debate de hoy, mientras que Carmen Lorenz se afanaba en las iniciativas en materia de sanidad. Eduard Montesinos, disgustado porque su amistad con el ahora tránsfuga Josep Garés le ha incluído entre los sospechos de deserción, insistía en que defenderá siempre sus posiciones desde dentro del partido. Aunque todos intentaban alejar la sospecha, nadie tenía la certeza de si aparecerá un tercer negrito. La velada todavía es larga. Y mientras, el personal administrativo del Grupo Socialista, haciendo gala de su buen humor, ha cambiado el "Hola" a los periodistas por un "No, hoy no tenemos ningún tránsfuga".

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