_
_
_
_

Carnaval: todo un espectáculo Un profesor onubense analiza la riqueza musical de la fiesta de febrero

La historia y la música de los Carnavales de Cádiz y Huelva han caminado juntos desde las postrimerías del siglo XIX hasta nuestros días. Esta manifestación festiva, que se celebra cada año a las puertas de la Cuaresma, ha padecido, hasta pertenecer al pueblo, el monopolio de la burguesía que quiso hacerla suya, con sus bailes de salón y tertulias de alto copete, según explica en su tesis Francisco José García Gallardo, coordinador del área de Música de la Universidad onubense. Este profesor, de 35 años y natural de Huelva, pretende demostrar en su investigación la riqueza y variedad musical del Carnaval desde que comenzaron a celebrarse los concursos de agrupaciones en ambas provincias, a finales del siglo pasado, hasta nuestros días sin dejar a un lado los rasgos históricos de esta fiesta tradicional. Letra y ritmo "La música de estos carnavales ha sido y es riquísima en letra y ritmo. El contenido ha variado notablemente pero se ha conservado su estructura". Para García Gallardo, este espectáculo de disfraces "no sólo es imagen porque detrás de ésta se encuentra una melodía, una coreografía y un decorado de alta calidad, lo que no quiere decir que no existan montajes malos, que los hay". A lo largo de los años, explica el profesor, "se ha mantenido la denominación del repertorio carnavalero: pasodobles y cuplés, entre otros, pero lo verdaderamente importante es analizar cómo una agrupación aprende ese contenido musical que se somete, con el paso del tiempo, a todas las connotaciones de la cultura local, regional y nacional". La adaptación de los movimientos musicales al Carnaval gaditano y onubense, añade García Gallardo, "se ha dejado sentir en todas las épocas". "El influjo de la zarzuela o los cuplés era patente a finales de siglo y, en la actualidad, se rescatan algunos palos del flamenco". Ahora, "el compositor y el intérprete de la música carnavalera están abiertos a todas las influencias gracias a la difusión de tendencias a través de los medios de comunicación". Por otra parte, la aceptación política y social de esta fiesta popular en Huelva y Cádiz ha sido diferente: "Antes del decreto de prohibición de 1937 la prensa criticaba de forma virulenta el carnaval onubense de calle, que entonces también existía. Las páginas de los diarios arremetían contra los disfraces del pueblo porque estaban considerados de mal gusto. Por el contrario, se alababan los bailes que se celebraban en los círculos privados, en la Casa Colón [ahora reformada para exposiciones y congresos], a los que asistían las autoridades políticas y militares, y los máximos responsables de las colonias inglesa y alemana". El Carnaval gaditano, municipalizado en 1861, siendo alcalde Juan Valverde, "padeció el control del Ayuntamiento que prohibió determinados disfraces y letras", asegura el responsable de la tesis. Pero la música de Carnaval "ha recogido siempre el sentir del pueblo, que ha ensalzado y ridiculizado los temas de vanguardia: desde la invención de la bicicleta o el ferrocarril hasta los temas de mayor calado político y social". No obstante, añade, "las letras de ahora no son tan críticas porque se busca más el espectáculo, que ese mundo al revés del que tanto se ha escrito en el Carnaval". La fiesta popular se deja sentir con todo su esplendor en Cádiz y, de forma similar, en las localidades onubenses de Isla Cristina y Ayamonte, "donde la gente, el ciudadano de a pie, participa activamente en la calle porque todos, desde los más pequeños hasta los más mayores, se disfrazan porque se sienten protagonistas". La ciudad de Huelva centra el desarrollo de la fiesta en el espectáculo "y se deja ver menos en la calle". Localidades agotadas El Carnaval, a juicio de Francisco José García Gallardo, "nunca desaparecerá como concurso de agrupaciones y esto queda demostrado en ambas provincias donde se agotan las localidades en los teatros. El Carnaval, con estas condiciones, jamás se perderá ya que es un espectáculo de esta sociedad posmoderna y neoliberal". Además, añade, "cada año mejora notablemente la calidad musical de esta fiesta en las dos provincias andaluzas".

Doble premio [HH] Los ilegales [HH] Golpe de humor [HH] Libre expresión

Fernando Casas. 26 años, estudiante de Filología Hispánica en Cádiz. Cuarteto Peña Los Pejigueras. Imita perfectamente el sonido de una batidora, pero este chico tiene más chiste. Su gran sentido del humor le ha permitido por segundo año consecutivo alzarse con el primer premio de cuartetos. Su experiencia rompe el refranero: "Lo difícil es llegar y no mantenerse". 36 años. Profesor de Contabilidad de Económicas. Cádiz. Integrante de la chirigota ilegal Las limpiadoras del Titanic. "Algunos alumnos me piden por las calles que les apruebe", comenta consciente de que en Carnaval vale de todo. Desde hace siete años, junto a cinco profesores de Empresariales -incluido el decano- se disfrazan de lo que se tercie, y van en busca del divertimento. Decano de Ciencias de la Educación en Cádiz. Miembro del jurado del Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval. "Me ha sido difícil reprimir la risa ante los golpes de humor por dar una sensación de igualdad. Ha sido una experiencia enriquecedora y agotadora", confiesa. Jurado ha participado en coros y chirigotas. "Es una singularidad más de Cádiz", afirma. 31 años. Profesor de Filosofía en la Universidad de Cádiz. Letrista de la chirigota Los Yesterday. Primer premio. "Me cuesta más escribir letras que preparar las clases", bromea el flamante vencedor este año con una chirigota alabada por el público, la prensa y el jurado. "El Carnaval es un vehículo de cultura y enarbola la bandera más próxima de la libertad de expresión".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_