Sacchi anuncia que se retira del fútbol
Arrigo Sacchi dice que deja el fútbol para siempre. Los siete meses de trabajo en el Atlético pasarán a la historia como la última experiencia profesional del entrenador que revolucionó el fútbol moderno. El preparador italiano, de 52 años, anunció ayer su retirada en un escueto comunicado. No aceptó preguntas. "Estoy agotado, no haré nunca más de entrenador", dijo; y disfrazó de dimisión su destitución. Miguel Ángel Gil Marín, el director general, lamentó haber roto con este despido la política de estabilidad impuesta en el club madrileño desde hace cuatro años y señaló al distanciamiento de la afición como un factor influyente en la salida del técnico. El directivo anunció que el sustituto de Sacchi firmará sólo hasta final de temporada.
Arrigo Sacchi anunció su retirada del fútbol a las 11.30 horas de ayer en el Vicente Calderón, después de ultimar su rescisión de contrato con el Atlético y de despedirse de su plantilla. Intentó no perder la sonrisa ni su exquisita educación -volvió a estrechar la mano de cada uno de los asistentes-, y hasta recurrió a su particular sentido del humor -"que no soy Claudia Schiffer", les dijo a los fotógrafos que se amontonaron junto a la mesa de la sala de prensa-, pero no consiguió ocultar la tristeza, el dolor y hasta la indignación que le genera esta situación."Quiero informaros de que dimito", leyó el técnico italiano, "y que no soy más el entrenador del Atlético. Estoy cansado. La situación es dura y no me encuentro bien. Estoy agotado y por eso he tomado esta decisión: hoy dejo el fútbol. No haré más de entrenador". Después, tras agradecer a todos los que han convivido con él en estos últimos meses, afición incluida, Sacchi mostró su malestar por las informaciones que ha leído últimamente sobre las ventajas económicas de su marcha. "He leído cosas mentirosas sobre el dinero. Espero que el director general os las aclare. Yo me callo, mi carrera ha terminado, y por eso no hablaré más. Sólo diré que si dimito no puedo ganar dinero. Gracias a todos y suerte". No aceptó preguntas y tampoco dijo más.
Pese al pronóstico de Sacchi, Gil Marín tampoco aclaró demasiado los términos económicos del acuerdo de rescisión. Y aunque también intentó vender el despido como una dimisión que el Atlético se limitó a aceptar, sus propias palabras le delataron. Por ejemplo, cuando quiso elogiar a Sacchi por haber renunciado a parte de sus derechos económicos: "Hay pocos entrenadores dispuestos a renunciar al cien por cien de una cláusula de rescisión como él ha hecho". Como dijo el entrenador, si hubiera dimitido no tendría opción a cobrar nada. Gil Marín, por tanto, dejó claro que Sacchi no cobrará los 200 millones de pesetas de indemnización, pero se negó a revelar si el técnico cobrará los 700 millones de pesetas que figuraban en su contrato por dos temporadas, hasta junio del 2000.
Más allá de por romper con Sacchi, Gil Marín lamentó que el Atlético haya "contrariado el criterio de fidelidad a los proyectos, la política de estabilidad impuesta en el club desde hace cinco años".
El directivo habló también de los motivos que han movido al club a tomar una decisión "muy meditada" -nueva contradicción con la versión de dimisión-: "Aunque no ha sido determinante, sí ha sido importante el clamor de la grada contra el técnico. Es necesario mantener un lazo lo más estrecho posible entre el equipo y la afición". "No era el momento de convencer a Sacchi de que continuara", añadió, "sino de terminar con él como amigos".
Gil Marín aseguró que el Atlético no ha negociado aún con nadie para sustituir a Sacchi, aunque en el club ya han llegado los ofrecimientos de varios técnicos y el italiano Nevio Scala parece el mejor situado para suplirle. También dijo que el recambio no será Antic pese a lo que reclama la grada -"hay que saber interpretar a la gente; igual que gritan a Simeone cuando reclaman garra, recuerdan a Antic cuando se quieren meter con el entrenador"- y que Carlos Aguiar, el técnico del filial, cogerá el equipo provisionalmente. En diez días llegará un nuevo preparador, que "firmará sólo hasta final de temporada". Entre lo que se pretende conseguir con el cambio, Gil Marín apuntó: "Hay que desbloquear a unos jugadores que hasta ahora han estado sometidos a unas normas muy estrictas. La plantilla debe recuperar la confianza y perder la confusión".
El hijo de Gil negó que los fichajes contratados por Sacchi sean ahora "un lastre" para el club. "Seguro que hemos llegado aquí por él", dijo Torrisi, uno de los afectados, "pero yo daré el cien por cien por el Atlético esté él o no". De los ayudantes del técnico italiano, sólo seguirá en el club, a petición propia, Vincenzo Pincolini, el preparador físico. Destituido Sacchi y hasta la llegada de un sustituto, las miradas se centran ahora en Juninho, aparentemente el gran beneficiado con el cese. "Su sistema y mis características no combinaban, pero fuera del campo nos respetábamos. Ni se va por mi culpa, ni ahora aumenta mi presión", dijo el brasileño.
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