El PP y PSOE, sin líderes para las elecciones europeas
Borrell intentará convertir la campaña en un pulso a Aznar
A sólo cuatro meses de las elecciones europeas, los dos principales partidos políticos no sólo se encuentran sin auténticos líderes electorales para encabezar sus candidaturas para el Parlamento Europeo, sino que, además, han decidido postergar hasta dentro de un mes toda decisión sobre ese asunto. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, convertirá esa campaña, solapada con la de las municipales y autonómicas, en un pulso al Ejecutivo y tratará de aparecer como el referente de la alternativa al PP.
Los comicios europeos, que coincidirán con los municipales y autonómicos el día 13 de junio, son los únicos en que los partidos tienen que elaborar sólo una lista, ya que la circunscripción es todo el territorio nacional.El PP considera que además de innecesario es inconveniente para sus perspectivas electorales adelantar el nombre de su cabeza de lista cuando es un militante de ese partido, José María Gil-Robles, quien está presidiendo el Parlamento Europeo. Desde su punto de vista, anunciar que la candidatura del PP va a ser encabezada por otra persona dejaría en una posición desairada a Gil- Robles, cuando, además, tiene que seguir al frente del Parlamento hasta junio. Y designarle ahora candidato entrañaría abrir con demasiada antelación el debate sobre la composición del resto de la candidatura, e incluso dejaría al PP las manos atadas frente al riesgo de que el PSOE designe más adelante a un número uno con gran empuje electoral.
José Borrell utilizará las elecciones al Parlamento Europeo para desarrollar una campaña electoral por toda España en la que tratará de convertirse en el principal referente de la alternativa al Partido Popular, al igual que hizo José María Aznar respecto al PSOE en 1995. En aquella ocasión, que deparó la primera victoria electoral del Partido Popular sobre el PSOE, el líder del PP dio también una dimensión de pulso con el Gobierno a su campaña, en favor de los candidatos populares a eurodiputados, y tuvo más protagonismo que el propio cabeza de lista de su partido, Abel Matutes.
Una vez descartada la posibilidad de que Felipe González encabece la candidatura socialista, los colaboradores de Borrell han planteado en el comité electoral del PSOE la conveniencia de que la campaña previa a las elecciones europeas sirva de trampolín, y de banco de pruebas, para el candidato a la presidencia del Gobierno. La elección de los eurodiputados tiene como circunscripción única todo el territorio nacional y, por tanto, permite comparar el apoyo global con que cuentan los principales partidos. Además, facilita el ejercicio de un voto de castigo al partido gobernante o de un voto de confianza en la oposición sin arriesgar una crisis de Gobierno, y permite arrastrar apoyos en favor de los candidatos a alcaldes y presidentes autonómicos, cuya elección se realiza el mismo día.
Los populares dicen estar más interesados en este momento en todo lo que se refiere a la posible moción de censura que podría plantearse en el Parlamento Europeo después de que el "comité de sabios" haga públicas sus conclusiones sobre presuntas corruptelas cometidas en varios departamento de la Comisión. Una perspectiva que consideran favorable para sus intereses electorales, ya que uno de los comisarios al que ellos quieren que alcance la responsabilidad política por las irregularidades es Manuel Marín (PSOE).
Algunos responsables del Grupo Popular defienden que se debería esperar a que concluya el pleno del Parlamento Europeo que se celebrará del 12 al 16 de abril para decidir quién es el número uno de la lista del PP. El entorno de José María Gil-Robles no da por descartado que sea éste finalmente quien encabece la candidatura. Algunas de las dudas exteriorizadas en el PP sobre su presentación han tenido como trasfondo la campaña de dirigentes socialistas para que González encabezase la lista del PSOE al Parlamento Europeo. Pero el pasado día 5, el propio González y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, descartaron esa posibilidad. Almunia pidió a continuación a todos los dirigentes socialistas, en una reunión de la cúpula del partido, que aparquen el asunto durante un mes y eviten especulaciones que, a la postre, dañan al verdadero candidato.
En su entorno se da por seguro que la lista del PSOE no tendrá como número uno a ninguno de los candidatos que hasta ahora se han barajado: José María Mendiluce, Manuel Marín, Carlos Solchaga e incluso Emma Bonino. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, llegó a admitir semanas atrás en algunas reuniones internas, al parecer animado por Mendiluce, la posibilidad de ofrecer la cabecera de lista del PSOE a Bonino, comisaria europea de Pesca y Ayuda Humanitaria, con fama de progresista, que habla castellano y recibió el año pasado el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Pero esa posibilidad, que hubiera colocado a una personalidad italiana al frente de una lista electoral española, fue desechada, entre otras cosas porque daría a entender que el PSOE es incapaz de encontrar un líder electoral en España.
Los colaboradores de Almunia saben que ahora muchas miradas van a volverse hacia él. Pero se adelantan a replicar que el secretario general del primer partido de la oposición está para dirigir y ganar la batalla al partido gobernante en su país.
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