A por la octava
, Tan de moda está hablar de globalización que el término le alcanza también al clásico del fútbol español. Prueba de ello es cómo, con gran perspicacia, alguien ha sintetizado el debate central aprovechando la vecindad de la cita del domingo. Y ha dado con el mensaje. No se pierdan en largos circunloquios. Madrid y Barcelona: ¡A por la octava!A por la octava tiene, como es fácil suponer, un doble significado. El Barcelona busca su octava victoria consecutiva a costa del Madrid, y no tiene el mismo valor que una eventual novena, o incluso que la décima. Es la octava y ante el Madrid, que persigue su octava Copa de Europa. Y lo hace a costa del Barcelona, ya eliminado, pero cuyo estadio albergará la final. No tendría el mismo valor que una eventual novena. Así es como compiten actualmente ambos clubes, en un escenario global. Aquí y en Europa, de enero a diciembre, en los balances, en el mercado, en la UEFA, por el día y por la noche. A por la octava significa que el verdadero duelo no acaba el domingo, porque se trata de que del resultado se deduzcan otras consecuencias. Caso de victoria azulgrana, que aumenten las dificultades de su rival cuando reanude su trayecto europeo. Puede sumar el Barça su octava victoria, puede ganar la Liga si cabe, pero ha de esperar hasta que se sepa qué hace el Madrid en Europa. Será, entonces, cuando uno encuentre su plena satisfacción en la decepción del otro.
Por tanto, el clásico del domingo es un punto y seguido. Tiene el valor de una foto fija en el mes de febrero. En la imagen, sobresale el contraste, pero nada más, porque el balance llegará con la foto finish. El Barcelona ofrece ahora una línea de conducta clara, y el Madrid vive en la aparente anarquía. Uno disfruta de una alineación encajada, que no se discute, en la que se reconocen todos y dan sentido a la trayectoria de la pelota, que habla el mismo idioma cuando va, por ejemplo, de Frank de Boer a Guardiola, de Guardiola a Rivaldo, de éste a Figo. Saben dónde están y tienen, sobre todo, el convencimiento. El Madrid es desorden, improvisación, dudas, inestabilidad en todas las líneas y ruido, mucho ruido, a pesar de una ley del silencio que nos ha permitido ahorrarnos unas cuantas tonterías más a lo largo de la semana. Estos valores son susceptibles de alteración. Porque no es que quede mucho campeonato, es que resta mucha temporada. Queda dicho: el escenario es global, la Liga, la Copa, la Copa de Europa. Y todo dependerá de quién obtenga o no la octava.
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