El resultado de explotación de Philips se redujo un 60% durante el año pasado

Las previsiones más pesimistas se cumplieron. El resultado de explotación (descontados los atípicos) de Philips en 1998 fue de 685 millones de euros (113.974 millones de pesetas), frente a los 1.716 millones de euros (285.518 millones de pesetas) de 1997. Un descenso del 60%. El fiasco de su incursión en la telefonía móvil y la mala marcha de la división de los semiconductores principalmente en el último trimestre fueron los principales responsables de los malos resultado. Los inversores castigaron inmediatamente a Philips. Las acciones perdieron más de tres euros en pocos minutos, aunque al cierre lograron recuperar parte del terreno cedido.

A pesar de este resbalón, los resultados netos del gigante de la electrónica de consumo se incrementaron de forma espectacular. Subieron un 132,6%, hasta alcanzar más de 6.050 millones de euros (1,006 billones de pesetas). Pero ello fue gracias a la venta del 100% de Philips Car Systems y del 75% de Polygram, la filial de música y cine que en diciembre pasó a manos de la canadiense Seagram.

Los datos no cogieron por sorpresa a nadie. La multinacional holandesa ya había anunciado en enero que iba a hacer unas reservas de 900 millones de euros (149.747 millones de pesetas). La cantidad estaba destinada a cubrir las enormes pérdidas de Philips Consumer Communication (PCC), una empresa mixta constituida con la estadounidense Lucent.

La fuerte reducción de los resultados de explotación no alteró al presidente de la compañía, Cor Boonstra, que compareció a hacer públicos los datos. "Excluyendo los gastos extraordinarios, hemos tenido aproximadamente los mismos beneficios que el año anterior", dijo.

Sin embargo, en todos los sectores, excepto en iluminación, cayeron los ingresos de explotación. Y con la única excepción de Europa, todas las divisiones regionales de Philips registraron unos resultados peores. En América Latina, incluso disminuyó el volumen de negocio, debido fundamentalmente a la crisis de Brasil, país en el que las ventas descendieron un 14%.

Las dificultades de la empresa se han traducido también en una fuerte pérdida de puestos de trabajo. Actualmente, la multinacional holandesa tiene 234.000 empleados en plantilla, cerca de 19.000 menos que hace tan sólo doce meses.