Un polizón de Malí muere al tirarse de un barco en Sevilla
Los buzos de la Guardia Civil recuperaron ayer del cieno del Guadalquivir el cadáver de Amed Dauda, de 18 años y natural de Malí, que hace 12 días se embarcó de polizón en el castillo de proa del Nogliki, un carguero de bandera maltesa y tripulación rusa, durante una carga de chatarra africana en el puerto de Abidjan (Costa de Marfil) destinada a una fundición de Alcalá de Guadaira (Sevilla). A las tres de la madrugada, Amed se lanzó por la borda justo cuando la policía de Sevilla venía a recogerlo a él y a sus tres compañeros de travesía ilegal, todos sin papeles: su hermano Hassan, de 13 años; Dadi Marc, de 14 y natural de Sierra Leona, y Kami Nagalaa, de 13 y del que se ignora su lengua y su país de origen. El barco había atracado en el muelle La Corta de Sevilla, pasadas las 02.30. La tripulación había confinado a los polizones en un camarote de estribor tras hallarlos en el barco el 5 de febrero. Juan Luis, amarrador portuario, lo vio todo: "Estábamos aún con la maniobra cuando los vimos salir por una ventana. Uno se tiró corriendo y llegó al otro lado del río, donde lo cogieron. Al rato, en un descuido, saltó el otro. Lo oímos chapotear y gritar...". El amarrador señaló el lugar aproximado del ahogamiento. El cabo submarinista Francisco Cárdenas lo halló: "Estaba apoyado en el fondo, a ocho metros de profundidad. Lo encontramos al tacto, porque la visibilidad era nula". Eran las 12.40 y el agua estaba a 11º grados. Los menores han quedado bajo la tutela de la Junta y enviados a una residencia en Alcalá de Guadaira, adonde iba la chatarra.
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