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Reportaje:

Un espectáculo de niños

Alumnos de 10 a 16 años del Conservatoriode Danza de Madrid bailan ante un público de su misma edad.

No fue tan complicado conseguir que niños que rondan los diez años permanecieran sentados y en silencio, durante casi dos horas, contemplando una representación de ballet. El secreto: un exquisito derroche de imaginación, unido a la sorprendente profesionalidad de unos bailarines que no superan los 16 años. Así se han enfocado las actuaciones que durante esta semana ofrecen los estudiantes del Real Conservatorio Superior de Danza a los alumnos de 20 colegios de Madrid invitados a estas sesiones, en las que participan 70 estudiantes de danza entre 10 y 16 años. Durante el fin de semana se ofrecerán las mismas actuaciones, gratuitas y abiertas a todo el mundo. Los pequeños bailarines vivieron ayer un día especial. Salir a un escenario maquillados, sentir los focos y, sobre todo, que cientos de ojos les observan atentamente supone una experiencia muy especial cuando se tienen 10 años. Lo reconocía Javier Monzón, uno de los pequeños bailarines (12 años) y un auténtico maestro del mambo, tal y como demostró en su actuación. "Vergüenza no me da ninguna; al revés, me gusta mucho salir al escenario. Pero me pongo nerviosísimo", decía tras la actuación, justo cuando había sustituido las mallas y las zapatillas por un pantalón de chándal y unas pesadas zapatillas de deporte.

Los 435 escolares del público siguieron todo el espectáculo con ojos como platos. Había, eso sí, parejas de cabecitas pegadas en todas las filas del patio de butacas: inevitable el cuchicheo y los comentarios cuando, por ejemplo, aparecían en el escenario unas bañistas con gafas de sol dando coquetos giros, como pasaba en la pieza El tiburón, de Juan Carlos Santamaría. O cuando niñas de corta edad giraban y giraban sobre las puntas de los pies. Y también con una danza vasca que interpretaban personajes salidos del cuento de Alicia en el País de las Maravillas, como sucede en la pieza creada por el grupo Contratiempo.

"Para montar una coreografía para niños es importante que el baile tenga ritmo, que impresione por la luz, el color y, sobre todo, por la danza", comentaba Juan Carlos Santamaría, el coordinador del taller coreográfico de esta escuela de danza y también el autor de varias de las piezas que interpretan los niños.

Virginia Valero, directora del conservatorio, por su parte, explicaba el objetivo de esta iniciativa cultural: "Se trata de dar a conocer el baile a un público infantil y que los estudiantes de danza tengan la oportunidad de saber lo que es salir al escenario".

Taller Coreográfico del Conservatorio, en el teatro de la Escuela de Arte Dramático (avenida de Nazaret, 2). Sábado y domingo, a las 17.00 y a las 19.30. Gratis para todos los públicos.

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