El pésame de las mujeres

La reina Noor abrió ayer por la mañana las puertas de su palacio de Zahran, en el centro de Ammán, para recibir y consolar a todas las mujeres de Jordania que deseen testimoniarle el dolor por la muerte de su marido.Durante tres días la soberana permancerá ocho horas -de 9 a 13 y de 16 a 20 horas- en el interior del palacio, presidiendo una ceremonia popular en la que participan también otras 45 princesas de la familia real, entre las que se encuentran la hermana del rey Hussein, la princesa Basma; la que fuera su segunda mujer, Muna; la futura reina Rania, y la esposa del ex regente Hassan, la paquistaní Sarvath.

La dignidad y serenidad con que la reina Noor ha empezado a recibir a las mujeres del pueblo, a las que da un abrazo y ofrece unas palabras de consuelo, parece haber provocado la admiración de la sociedad jordana. De esta manera, Noor podría comenzar a contrarrestar la mala imagen que ha tenido durante estos últimos años entre el pueblo jordano, donde se la sigue considerando una extranjera y se la reprocha que "apenas hable el árabe".

La ceremonia se realiza sin excesivas medidas de seguridad y con la sola vigilancia visible de cuatro soldados uniformados, que permanecen a la puerta del palacio Zahran -Ramo de Flores, en árabe-, construido en 1950 y que sirvió de residencia a la madre del desaparecido Hussein.

En la otra punta de la ciudad, en el palacio de Raghadan, se inició otra ceremonia similar, ésta presidida por el rey Abdalá II, acompañado por todos los varones de la corte, y que tiene también como misión recoger las condolencias de todo un pueblo.

Antes de que se iniciara esta doble ceremonia ayer, el rey Abdalá se trasladó al palacio Al Hashmiya para rezar ante la tumba de la reina Alia. La tercera esposa del rey Hussein murió hace 22 años al sufrir un accidente de helicóptero.