Filipinas ejecuta a un violador tras 23 años sin aplicar la pena capital
Una inyección letal acabó ayer con la vida del filipino Leo Echegaray, primer reo ejecutado en ese país desde hace 23 años. Echegaray, de 38 años, había sido condenado a la pena capital por violar sistemáticamente a su hijastra Baby, de 10 años de edad, en 1994. La ejecución se produjo en la prisión de Bilibid, a unos 20 kilómetros al sur de Manila. Su abogado, Theodore Te, mandó ayer al Tribunal Supremo una "petición urgente" para que aplazara la ejecución; petición que la más alta magistratura se negó incluso a considerar. El presidente filipino, Joseph Estrada, declaró que "la ejecución prueba la voluntad del Gobierno por mantener la ley y el orden. Que la muerte de Echegaray sirva como un serio aviso contra los elementos criminales".
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