"La fantasía me ayuda a desnudar mis emociones"

La escena de la música debe tener algo de vegetal. Los grupos se forman, florecen, maduran, se desintegran, dejan semillas. Los Celtas Cortos han dejado volar una más de estas semillas que empieza a despuntar del suelo con un disco en solitario. En esta ocasión se trata de César Cuenca, que presenta en estos días su trabajo titulado Bichito. Un primer disco en solitario que tiene buena parte del camino ganado. "Sin duda, la experiencia con Celtas Cortos ha sido muy útil a la hora de plantearme este trabajo. Es muy distinto a empezar de cero porque ya sabes por dónde debes caminar y te ahorras el despiste", afirma Cuenca. "La época de Celtas Cortos fue una escuela maravillosa, pero llega un momento en que, como músico, debes decidir por ti mismo".

No es que se identifiquen sus raíces, pero en alguno de los temas todavía hay ecos de su experiencia anterior. "Cuando haces algo solo te planteas hacer algo diferente y dejas por el camino muchas de las influencias. Pero no puedes librarte de ellas del todo porque forman parte de ti y de tu pasado", dice. Del pasado, porque Cuenca, de 30 años, sostiene que no volverá a formar parte de la banda, si ésta llega a reunirse otra vez.

Cuenca ya había dejado en el repertorio de ese grupo alguna de sus composiciones, como la conocida Cuéntame un cuento. En este disco deja salir con mayor libertad un mundo interior que habla de intimidades disfrazadas de fantasías, de hechiceros, brujas y dragones. "Tal vez sea algo fantasioso en mis letras, pero es sólo una forma de desnudarme. Siempre he sentido pudor de exhibir mis sentimientos, pero a la vez tengo la necesidad de comunicarlos. Es una de las paradojas de la creación en soledad".

Temas como Soy un desastre dicen cosas que sólo uno es capaz de decirse a sí mismo en silencio. "Todos nos sentimos desdichados varias veces al día, por pequeñeces. Cuando pierdes el autobús, te peleas con tu jefe... hay días en que parece que todo se confabula contra ti. Pero no es un disco pesimista. Son sólo síntomas de la soledad del urbanita, el desasosiego de la vida diaria".

La guitarra canta

La guitarra canta tanto como la voz en este álbum. Pero Cuenca, guitarrista, da prioridad a la palabra. "Soy un guitarrista que canta", dice. "La palabra es fundamental, y creo que la gente de hoy está deseosa de escuchar buenas canciones, buenos textos. Por eso han tenido tanto éxito los cantautores últimamente". Cuenca prepara una gira que empezará en Valladolid, su ciudad, para el mes de marzo.