_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El triunfo del frente amplio

Santiago Segurola

Acostumbrado al duopolio Madrid-Barça, el fútbol español asiste perplejo al frente amplio que se ha formado en la Liga. Recién atravesado el meridiano de la Liga, nada menos que ocho equipos están metidos en la lucha por el título, término cada vez más difuso en estos tiempos del G-14 y la Superliga. Hasta hace poco, el éxito era una cosa solemne e indivisible. Ahora se vende por parcelas, según un criterio de carácter inmobiliario que desenfoca los viejos valores del triunfo. Cuatro equipos españoles disputarán la próxima Superliga europea, un torneo que tiene las carácterísticas de una caja registradora. Se trata de hacer dinero, y no de hacer historia. En estas condiciones, resulta difícil desentrañar los objetivos del pelotón de equipos que encabeza la Liga. Quizá sea otro signo de los tiempos. Cuando sólo se luchaba por el título, el asunto quedaba reducido al Madrid, Barça y algún tercero ocasional. Los demás se descolgaban pronto para pelearse por la Copa de la UEFA, consuelo más que suficiente para la clase media del fútbol español. Se vivía en un sistema de estratos que podía definirse como antiguo régimen: el Madrid y el Barça se repartían los campeonatos (13 de los últimos 14 que se han disputado) y los demás accedían satisfechos a la pedrea. El nuevo régimen ha producido un cambio en las estructuras. A la vista está la clasificación de la Liga. Ocho equipos están metidos en una distancia de cinco puntos, y todos luchan por lo mismo: alcanzar un puesto entre los cuatro primeros. El título sólo representa un valor añadido, con un aspecto un tanto ornamental. Por lo menos para los dirigentes, esencialmente preocupados por el acceso a la próxima Superliga, en las condiciones que sean. Como campeones o como cuartos clasificados. Da igual. El caso es entrar y participar de la bolsa que la Superliga pondrá a su disposición.

Parece indiscutible que en la persecución del nuevo Eldorado futbolístico se ha perdido el sentido intrínseco del éxito (individual e indivisible), pero su parcelación ofrece algunas ventajas. De alguna manera se ha producido una democratización del campeonato, traducida en el amplísimo frente que ocupa los puestos de cabeza en la Liga. Para el fútbol español supone una revolución sin precedentes, al menos de forma momentánea.

Los números dicen que nunca se ha visto un campeonato tan competido. Es discutible si eso significa el triunfo del buen juego. Sin embargo, hay una lectura muy interesante desde el lado futbolístico: no existe un modelo uniforme en el pelotón de cabeza. Todo lo contrario. Cada uno de los ocho equipos se define por unos rasgos muy particulares. Nadie tiene que ver con nadie, ni con su estilo. Vemos equipos generosos, especuladores, directos, herméticos, anárquicos, simples, vistosos, feos. Vemos, en definitiva, todo el mosaico del fútbol. Por oferta, que no quede. Y cada cual que elija.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_