Multas de altura

El puerto de la Morcuera (1.796 metros), en la carretera M-611, se ha convertido en una trampa para muchos conductores. La Guardia Civil ha montado un férreo control de la vía de acceso a este pico para impedir que los vehículos estacionen dentro de la calzada. Para muchos de los centenares que no respetan la prohibición, un resguardo de la denuncia en el parabrisas les recuerda que tendrá que pagar 15.000 pesetas al Ministerio del Interior.El tramo más crítico se encuentra entre los kilómetros 16 y 23, que corresponde a la cima de la Morcuera. Los fines de semana los madrileños se lanzan a su vertiente norte para poder jugar o deslizarse en trineo por la nieve caída en las últimas semanas. Ayer, el sol radiante hizo que más de 400 vehículos fueran por la mañana a la Morcuera procedentes de toda la región. A la llegada al puerto, los deseos de jugar con el manto blanco que cubría todo el pico hizo que muchos se arremolinaran en la cima, creando grandes atascos.

Ocurre todos los fines de semana. Los conductores, al no encontrar lugar donde estacionar, abandonan su coche en los laterales de una carretera cuya calzada no supera los cuatro metros. Dos coches no pueden pasar a la vez si un tercero está mal estacionado. "El sancionar no es capricho nuestro. Si hay una urgencia, los coches de auxilio no pasarían", comentaban ayer los agentes de la Guardia Civil.

Los conductores se quejan de la falta de espacio para aparcar en la M-611. Por ello exiguen más plazas o que no les multen por pasar un rato en la nieve. "Reconozco que no está bien aparcado, pero podrían ser más tolerantes con la gente. Es mi primera visita a la nieve y me ha salido cara", decía Kreuklan Wolfgang, vecino de Mejorada del Campo sancionado por estacionar parte de su BMW en la calzada.

Los asiduos de la Morcuera saben la fórmula para no recibir un susto. Se trata de dejar el coche fuera de la línea blanca que bordea la carretera. El problema surge por el gran desnivel que hay alrededor de la M-611. Muchos vehículos quedan tan inclinados que parece que vayan a volcar. Otros, por el contrario, prefieren el sistema visual. Aparcan mal su auto. Cuando ven al coche de patrulla, se suben rápido y se marchan hasta que desaparece. Y es que el coche de la Guardia Civil no deja de pasar durante todo el día. "Si vas a Navacerrada, es peor porque ya te avisan de que el aparcamiento está lleno. Por eso venimos aquí y no nos apartamos del coche", explica Arístide Bonilla, un vecino de Algete.

La nieve juega en contra de los coches. En algunos sitios alcanza el medio metro de altura e impide que se pueda aparcar sin estorbar el paso. "Casi todos saben que está prohibido estacionar aquí, pero lo hacen. Es como si nosotros nos instalásemos en el salón de sus casas", explica la Guardia Civil.