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XIII CONGRESO DEL PP

El mayor de la nueva generación

Javier Casqueiro

Pío García Escudero, 46 años, madrileño, arquitecto, se ha labrado todo un presente y un buen porvenir en política a base de pregonar en silencio que lo suyo es otra cosa. Cada vez que José María Aznar, su compañero de colegio en el Pilar, le propone para un as censo, él empieza a rezar: "Virgencita, virgencita, que me quede como estoy". Es justo en el momento en que cree haberle cogido el gustillo al cargo cuando está más cómodo. Ahora le ha sucedido de nuevo. Llevaba casi tres años como portavoz en el Senado y seis como presidente del PP de Madrid: para unos, como el parapeto de Aznar a las siempre ambiciosas pretensiones de Alberto Ruiz- Gallardón; para otros, como un pacificador de una organización complicada. Oficialmente, con Ruiz-Gallardón se lleva bien. También con Rodrigo Rato. Y con todo el mundo.

Profesionalmente, como arquitecto, se ha especializado en la rehabilitación, tanto de plazas como de conventos y fachadas históricas. En este sentido, ha tenido ocasión de dejar su huella desde cargos institucionales, primero en la Junta de Castilla y León, con Aznar, y luego, ya en Madrid, con el Ayuntamiento. Es el responsable de la nueva ubicación de la Puerta de Hierro, que, con las remodelaciones ejecutadas en su día en la M-30 por José Borrell, se había quedado un poco postergada. También ha firmado reformas como las de la plaza Mayor de Salamanca y la de Madrid.

A la dedicación política por entero llegó un poco tarde, cuando le llamó Aznar, hace sólo ocho años. De hecho, ahora constata con cierta envidia y coquetería que es el más mayor de la nueva generación de dirigentes. Es cuidadoso con su imagen. También algo tímido. Sus maneras son suaves al hablar, al gesticular y hasta en los mítines. Habla en un tono muy bajo.

Cuando le encomendó que se centrase en esta nueva etapa en la coordinación de la organización del PP, Aznar se fijó sobre todo en su trayectoria al frente del partido en Madrid. García Escudero tomó el mando en 1993, cuando no se había aplicado la cirugía de la renovación que Aznar propugnó desde que fue elegido presidente, en 1990, en Sevilla. Ahora, el PP madrileño dispone de una imagen más joven y cohesionada y de una de las estructuras más potentes. Cada vez que Aznar quiere proyectarse con un gran acto público recurre a Madrid.

Ha sido el propio Aznar el que ha encargado a García Escudero que compatibilice ambos cargos a partir de ahora. No quiere abrir ninguna herida en Madrid a cinco meses de unas importantes elecciones municipales, autonómicas y europeas. En julio se convocará el congreso regional y entonces se verá si procede buscar a otra persona.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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