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Vilarasau presidirá La Caixa con funciones ejecutivas sobre los directores generales

El nuevo presidente de La Caixa, Josep Vilarasau, ejercerá su cargo con funciones ejecutivas, a diferencia de su antecesor, Juan Antonio Samaranch, nombrado presidente de honor. Vilarasau manifestó ayer que la Generalitat, el Gobierno y el Banco de España apoyaron su nombramiento y agregó que espera apartarse gradualmente de los asuntos del día a día de la entidad de ahorro catalana. Vilarasau destacó la "absoluta compenetración" del equipo directivo de La Caixa y descartó que la entidad piense fusionarse con otra para ganar tamaño y peso.

La primera comparecencia pública del nuevo equipo directivo de La Caixa se caracterizó por el empeño en desvincular el relevo de Juan Antonio Samaranch de la crisis en el seno del Comité Olímpico Internacional (COI), "porque" se viene "hablando de la sustitución desde hace más de un año".Vilarasau y Samaranch afirmaron que el cambio en la cúpula de La Caixa contaba con el beneplácito de la Generalitat de Cataluña, a cuyo presidente, Jordi Pujol, habían informado, según aseguraron ayer, "antes del pasado verano". Respecto a la información al Gobierno central y a la autoridad monetaria, Vilarasau precisó que se produjo "antes de que se hiciera el relevo y han estado conformes".

Jordi Pujol fue la primera autoridad en conocer el relevo, acuerdo que se comunicó, antes de la asamblea, al gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, y al ministro de Economía, Rodrigo Rato. "Todos mostraron un enorme respeto por la soberanía de la caja y nadie insinuó otra solución", precisó Vilarasau, quien añadió que ninguna de las tres instituciones consultadas "insinuó ninguna otra solución".

El nuevo presidente de La Caixa dijo que a partir de ahora su función será "presidir y coordinar" la actuación de Isidre Fainé y Antoni Brufau, no muy distinta a la de los dos últimos años como director general, "pero entrando menos en los asunos del día a día". Vilarasau destacó la "compenetración" de sus sucesores en la dirección general, Isidre Fainé y Antoni Brufau. Según el presidente, "las decisiones estratégicas se toman de acuerdo, sin tener en cuenta el área de dedicación de cada uno, y espero que siga así".

Juan Antonio Samaranch afirmó que creía que seguir en el cargo "hasta los 82 años era exagerado". Samaranch reconoció que llegó a pensar que quizás no era el momento oportuno para anunciar su marcha de La Caixa, pero que finalmente decidió que la asamblea general [que elige la mitad de los miembros cada dos años] era el marco adecuado para hacer público ese relevo, del que "hace más de un año ya habíamos hablado Vilarasau y yo (...). Siempre hemos tenido claro que el 28 de enero era la fecha clave", añadió.

Samaranch quiso dejar claro que "nunca" ha sido "un presidente ejecutivo de La Caixa", porque el 95% de su tiempo lo ha dedicado "al COI, y el 5%, a La Caixa", y añadió que seguirá ligado a ella desde su cargo honorífico, "asistiendo a alguna reunión, aunque el verdadero presidente será Vilarasau".

La salida de Samaranch de la presidencia de La Caixa también ha propiciado el acceso a la primera línea ejecutiva de los anteriores directores generales adjuntos: Isidre Fainé, a la dirección general de la entidad, y Antoni Brufau, a la del grupo industrial.

Se mantiene una cierta ambigüedad sobre la prelación entre los directores generales, aunque Fainé tiene bajo su responsabilidad la entidad que nutre al grupo industrial. Por lo que, de puertas adentro, muchos altos cargos de La Caixa consideran ya a Fainé el sustituto de un Vilarasau que continuará controlando la entidad desde la presidencia.

Tanto Fainé como Brufau afirmaron ayer que su gestión será continuista y que la asunción de sus nuevos cargos no comportará, por el momento, cambios en las presidencias de Acesa y Gas Natural, que ocupan, respectivamente.

Brufau dijo ayer que los dos nuevos directores generales "continuarán actuando como hasta ahora". Brufau ha afirmado que todas las actuaciones de La Caixa siempre se orientan a primar los intereses de la propia caja de ahorros.

Una de esas decisiones podría ser la fusión de La Caixa con otra entidad, posibilidad que Vilarasau descartó al afirmar: "La norma siempre es hacer lo mejor para La Caixa, pero ahora no hay la más mínima intención ni proyecto de fusionarnos". CCOO, sindicato presente en la Asamblea y el Consejo de Administración, apoyó los cambios, aunque condionados a que "se externalice el fondo de pensiones de los empleados y a que se mantenga el estatus jurídico de la caja", expliaron sus dirigentes Joan Coscubiela y Manel García Biel.

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