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Peligro, que viene rotonda

Las críticas se han sucedido desde el mismo día de su entrada en funcionamiento, en el mes de julio del pasado año, igual que los accidentes. Las rotondas construidas en el acceso de Ademuz de Valencia tras la reurbanización de la zona con motivo de la apertura del palacio de Congresos de Norman Foster son motivo de polémica. Están en boca de los miles de ciudadanos que las atraviesan a diario a bordo de sus automóviles. No en vano, ese acceso a Valencia por autovía, ahora rebautizado como avenida de las Cortes Valencianas, es el que mayor tráfico soporta de toda la ciudad: más de 100.000 vehículos diarios. Ayer se produjeron dos nuevos accidentes. En su primer mes de funcionamiento, la rotonda situada frente al edificio de Foster, la primera con la que se encuentran los automovilistas que acceden a la ciudad, fue testigo de 12 accidentes, sin contar otros muchos en los que no fue necesaria la intervención de la Policía Local. La oposición socialista pidió explicaciones de inmediato. "Dijimos que era una barbaridad, que eso estaba mal diseñado", recordaba ayer el concejal Rafael Rubio, que posteriormente presentó una moción al respecto. Rubio explica que cuando se proyectó la reurbanización de la zona inicialmente se diseñó un paso subterráneo. "Pero luego se desechó", añade, porque a los promotores, que pagaban las obras de urbanización, les salía "más barata" la rotonda que el paso subterráneo. "Y encima el PP ha hecho una huida hacia adelante y ha colocado una fuente", dice Rubio, que considera un "contrasentido" poner semáforos en una rotonda. Exceso de velocidad Hasta mediados del pasado mes de octubre, esto es, en cuatro meses de funcionamiento, la rotonda del Palacio de Congresos había sido testigo de 59 accidentes, 20 de ellos con heridos. De momento no se ha registrado ninguna víctima mortal. Según fuentes de la Concejalía de Tráfico del Ayuntamiento de Valencia, los accidentes que se producen en esa rotonda son motivados en su gran mayoría por el exceso de velocidad y afectan principalmente a usuarios no habituales de ese acceso a la ciudad. Los automovilistas que circulan por la autovía se topan de repente con la rotonda y llegan a ella con exceso de velocidad. Cristóbal Grau, asesor del concejal del área, Jorge Bellver, señala que un control efectuado el pasado septiembre demostró que la mayoría de los vehículos que circulan por esa zona llegaban a la rotonda a velocidades de entre 80 y 90 kilómetros por hora. Y eso a pesar de que han sido colocadas señales luminosas que avisan del peligro. Además, desde hace unos meses la policía tiene destacado en la zona un control de velocidad por radar. Grau rechaza la crítica de Rubio respecto a los semáforos. "Todas las rotondas de Valencia tienen semáforos; una cosa es una rotonda en carretera y otra muy distinta una de carácter urbano", señala. También recuerda que antes de la construcción de la rotonda, en la zona se registraban muchísimos accidentes, debido al cruce a la izquierda que los vehículos procedentes del centro debían efectuar para dirigirse a Benimàmet a la altura de la gasolinera. Además, señala que, al ser la vía más transitada de la ciudad, también es la que mayores posibilidades tiene de registrar accidentes. Ayer, sin ir más lejos, se produjeron dos siniestros. El primero ocurrió de madrugada, y el segundo, por un alcance, a media mañana.

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