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El PP [HH] se juega la mayoría absoluta en las tres comarcas en las que UV obtiene más votos

La apuesta del PP por la mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómicas exige sembrar de minas los graneros de votos de Unión Valenciana. Tres comarcas de la provincia de Valencia resultan viveros potenciales para los populares. Los regionalistas sumaron 165.000 votos en las últimas elecciones autonómicas y concentraron más del 20% de ese apoyo en las comarcas de La Ribera Alta, La Ribera Baixa y La Safor. El PP no controla ninguna de las localidades más importantes de ese territorio: Alzira, Gandia, Sueca, Cullera, Algemesí o Carcaixent.

El paulatino crecimiento del PP en las tres comarcas a lo largo de las pasadas convocatorias electorales se ha producido, en su gran mayoría, en detrimento de UV. Los populares consideran que es el momento de forzar la máquina en esa zona, convencidos de que sólo pueden sumar. El voto del PP es relativamente homogéneo en el conjunto del territorio valenciano. Salvo en las dos Riberas y La Safor, donde Unión Valenciana y Unitat del Poble Valencià, hoy Bloc Nacionalista Valencià, obtienen sus mejores resultados. La presencia de cinco o más grupos políticos en la gran mayoría de los ayuntamientos incide directamente en una falta de estabilidad que caracteriza a varios municipios de las tres comarcas. Los populares esperan abrir un filón ofreciendo precisamente una garantía de gobernabilidad. Pero el reto es complicado. La experiencia de Alzira, por ejemplo, es desastrosa. El PP logró una importante representación en 1995, como segunda lista más votada, lo que le permitió elevar a la alcaldía a Alfredo Garés. El alcalde de la capital de La Ribera Alta contó con el apoyo de los socialistas y nacionalistas de UPV para acceder al cargo. La maniobra desplazó a Francisco Blasco, histórico alcalde socialista que dejó el PSPV para constituir el Partido Socialista Independiente y sumó el mayor número de votos en las pasadas elecciones. La coalición que sustentaba a Garés chocaba frontalmente con el mapa político autonómico y con la postura de Rafael Blasco, subsecretario de Presidencia y hermano de Francisco. La familia Blasco intentó consolidar su posición en la capital de la comarca a través del trasvase de militantes a otros partidos, tanto al PP como a Unión Valenciana. La estrategia cuajó sólo relativamente y el cerco se cerró a la contra porque UV evitó la entrada masiva de militantes espúreos. Garés acabó pasando a UV, un éxito con el que no soñaban ni los propios regionalistas. La posibilidad de que Francisco Blasco encabece una candidatura fusionada con el PP sería la mejor garantía de crecimiento, pero es una opción difícilmente asumible por el electorado local. Los resultados del PP en las elecciones municipales en las tres comarcas fueron inferiores a los registrados en las elecciones autonómicas. La confección de candidaturas municipales atractivas es el principal reto que afronta el PP para ganar votos. El Hospital de Alzira era una prioridad evidente en la comarca. Pero el PP pretende convertirlo en argumento electoral definitivo. Tanto como el cierre definitivo de la autovía central o las promesas de abrir un ramal directo desde la autovía entre Madrid y Valencia. Gandia es otro de los objetivos claves de los populares. La candidatura de Fernando Mut, un apellido muy considerado en la localidad, es una apuesta clave. Los regionalistas han perdido parte de su fuerza al aliarse en el gobierno municipal con la socialista Pepa Frau. Carcaixent es otro pueblo clave. Los populares esperan restar apoyo a Unión Valenciana gracias a la ruptura de la agrupación local. Rafael Navarro, alcalde elegido en las listas regionalistas, es uno de los primeros valedores de la escisión del sector lizondista del partido. Navarro se ha ofrecido al PP para encabezar la lista local, pero los populares han preferido no arriesgar su fichaje hasta la fecha. Los resultados de los populares en La Ribera Baixa en las pasadas elecciones les permitieron obtener el control de la Diputación de Valencia. El reconocimiento a los responsables del partido en Sueca ha sido explícito en más de una ocasión, pero la coalición de diversos independientes sostiene a los socialistas en la alcadía. Lo mismo que en Algemesí, donde el alcalde socialista distribuye cargos entre las cinco formaciones con representación municipal.

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