Barajas

Cuando casi una docena de municipios de la zona norte de nuestra Comunidad se manifiestan en contra de los efectos medioambientales derivados de la famosa tercera pista es que algo no va bien.Cuando desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y el Ministerio de Fomento se reconoce la necesidad de insonorizar varios miles de viviendas por el impacto acústico derivado de la famosa tercera pista es que algo no va bien. Somos más de 150.000 los habitantes de un área de la Comunidad de Madrid que estamos asistiendo a un deterioro progresivo de nuestras condiciones de vida. Mientras escribo esta carta un avión pasa por encima de mi cabeza cada tres minutos y esta experiencia no me hace especialmente feliz, sino todo lo contrario.

La tan buscada sociedad del bienestar se ha convertido en la del malestar.

Estoy convencido de que todos nosotros estamos a favor de disponer en Madrid de uno de los aeropuertos con un mejor servicio de Europa, pero respetando la tranquilidad de las miles y miles de familias que vivimos en esta zona norte.

Los avances, de afectarnos, deberían hacerlo positivamente a todos, y por ahora no es el caso. No es suficiente con insonorizar viviendas, pues a todos nos gusta pasear o simplemente abrir ventanas cuando nos apetece.

¿También se van a insonorizar las calles, los parques, los jardines...?

Ahora, además, se está debatiendo si se amplía o no el aeropuerto.

¿No es más lógico solucionar primero los graves problemas originados tras la construcción de la famosa tercera pista antes que pensar en otras cosas?

¿Por qué tantas reservas en admitir que las cosas no se han hecho bien desde el principio? Rectificar es de sabios, ¿no? En fin, es ahora tiempo para confiar en el sentido común y la profesionalidad de los organismos oficiales encargados de estudiar los actuales y posibles nuevos impactos medioambientales y definir de verdad las rutas que puedan hacernos a todos sentir orgullosos de la clase política que nos representa.-