La ola de acusaciones
La ola de acusaciones sobre supuestos intentos de soborno a miembros del COI sigue imparable. Ayer mismo, el periódico de Rotterdam Algemeene Dagblad publicó que el holandés Anton Geesink, ya acusado de recibir 5.000 dólares (unas 750.000 pesetas) para su fundación-academia, había aceptado un viaje, con su esposa y una nieta, a los Parques Nacionales de Yellowstone y Grand Teton, en Estados Unidos, invitado por el entonces presidente del comité organizador de Salt Lake City, Tom Welch. Fue en 1994, un año antes de la concesión de los Juegos del año 2002 y dos de la dimisión de Welch, acusado de maltratar a su esposa, Alma.Ayer mismo, el australiano Kevan Gosper, influyente miembro de la comisión ejecutiva, trató de arreglar, enfadado primero y contemporizador después, las declaraciones del presidente del comité olímpico de su país, John Coates, el día anterior, en las que dijo haber invitado a un hotel de Londres y dado 35.000 dólares (más de cinco millones de pesetas) a los miembros Charles Mukora (Kenia), otro acusado por Salt Lake City, y Francis Nyangweso antes de la elección de Sidney 2000. Gosper criticó a Coates, del que dijo incluso que podía perder su cargo, y luego suavizó el asunto diciendo que eran "ayudas de buena fe" a comités olímpicos nacionales de pocos recursos.
El COI, como hizo con Salt Lake City, se apresuró ayer mismo a renovar su confianza en la próxima sede australiana de los Juegos de Verano, sin plantearse un cambio.
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